miércoles, octubre 21, 2009

“Biblio-fetichismo“: Che Guevara



Sentado en la sala de embarque de un diminuto aeropuerto, estoy expuesto ante un punzante sol que irrumpe por el panorámico ventanal que me permite ver a los aviones estacionados junto al “gate 22”. Estoy cansado y me refugio en las sombras de una tiendita diseñada para esos olvidadizos que necesitan un souvenir de último minuto. Anduve dando vueltas entre las góndolas y anaqueles, sin un solo centavo disponible, pues los últimos 2 CUC los había gastado en un refresco de limón Ciego Montero (para variar fabricado por el Estado Cubano –a través de CORALSA  empresa del Ministerio de la Industria Alimenticia- y Néstle), prácticamente lo único que conocen los Cubanos desde hace más de 40 años (cuando existía una serie de variedades interesantes como melón, piña, coco, yerba mate, etc. Para darse una idea, miren esta página).

De pronto, me volví a topar por enésima vez con un libro que, por su título sugerente me venía seduciendo desde que pise tierras caribeñas: “El Gran debate sobre la Economía de Cuba”).

¡30 dólares! Es mucho dinero. No estoy para esos lujos. Pero, mientras espero a que llamen para el vuelo hacia Panamá, aprovecharé en hojear el índice. Se ve interesante. ¿Qué cosa dirá el subversivo Guevara en sus artículos? Seguro, es un análisis somero y flojo… vamos, lo que es un libro de autoayuda: de autoayuda para el gobierno que necesita difundir sus ideas, antes que el pueblo reaccione. Veamos…


… mmmm. ¿ley del valor?, ¿planificación socialista?, ¿período de transición? Es más académico y profundo de lo que pensaba. Las etéreas discusiones filosóficas sobre lo que quiso o no decir Marx, comienza a hacerme ver el libro de una manera diferente: con más respeto.


Bueno –pensé- es razonable para sus casi 400 páginas. En Lima, un libro como ese no baja de ese precio.

Volteo una vez más para ver la portada: El Che comienza a verme de reojo. ¡Ah!, mi insoportable “biblio-fetichismo. Si tuviera esos 30 dólares. Ahora que recuerdo, todavía tengo 200 cocos en mi canguro. Pero no. Ese dinero es el “intocable”: solo para emergencias clínicas o algún gasto grave, extraordinario e imprevisible que siempre se puede presentar en cualquier viaje. No es para “gustitos”. Ese dinero en Lima tiene un destino fijo. No lo puedo sacrificar.

Ya fue. Además, solo hay cinco artículos escritos por el Che que es el único a quien quiero leer. Los otros tipos ni los conozco. No me interesa. ¡Ah!, aquí están quienes escriben. ¿A ver?... ¡oh!, son ex combatientes de la Revolución o personajes que formaron parte del Gobierno Revolucionario en 1963, justo cuando se debatían los grandes lineamientos económicos que debía seguir Cuba.

Una miradita más a la portada: ¡uy! Guevara guiña un ojo. ¿Lo compro? No mejor en Lima, cuando tenga la plata.

Leamos el prólogo. Mmm… este libro es en realidad una compilación de artículos que fueron publicados en una revista socialista de corte académico en el año 1963, donde los revolucionarios exponían sus ideas y las confrontaban directamente. Escribe Mora, contesta el Che, agrega Cossio, rebate el Che… y así sucesivamente.

¿Y si lo compro ahora? Tendré el gusto de decir que el libro lo adquirí en La Habana. Si lo compro en Lima, no es tan romántico. En fin, ya estoy de vuelta y apunto de subir al avión. Si antes de llegar a Lima necesito un médico (y por lo tanto 200 dólares), será porque el avión se cayó… ¿Qué hago?, ¿lo compro?... Una vez más (como tantas veces) mi “biblio-fetichismo“, me arrinconó. ¡Que mielda chico, lo compro!

Y lo compré. Y lo leí desde ese momento hasta que pisé el aeropuerto panameño, donde me metí al baño a seguir leyéndolo. Ya ni le presté atención al artículo de Andy Warhol que estaba en la revista del avión que me llevó a Cuba. En ese momento el Che era Warhol. Y continué leyéndo hasta que llegue a mi húmeda, gris y bella Lima a las 12.00 a.m., y no paré más hasta que me dieron las 4.00 de la mañana, en mi cuatro. Al día siguiente, me levante y seguí leyendo… Concluí que aún cuando no estoy de acuerdo con sus ideas, académicamente miro con mayor respeto al Che. Definitivamente, fue una buena compra y ahora en la primera página de mi libro, se lee: “La Habana octubre – 2009” y mi firma.

1 comentario:

  1. JAJAJA pensé que no lo habrías comprado pero OBVIO QUE LO TENÍAS QUE COMPRAR!!!

    excelente blog... espero nos cuentes un poco más sobre lo que descubriste en el libro... lo venderán en Lima?? yo lo quiero!!

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y tb cuentamelo todo... y exagera!