Hoy 27/11, se publicó aquí una nota titulada “Un riesgo el referéndum sobre el matrimonio gay”, que merece comentarios por partes.
John Stuart Mill dice que la más intolerante de las Iglesias, es la Iglesia Católica Romana (De la Libertad Cap. II) y aquí otra muestra.
En México existe un proyecto para legalizar el matrimonio gay en el D.F. que ha generado que el Colegio de Abogados Católicos de México (sí: existe una cofradía que combina una explosiva combianción de ABOGADOS + CATÓLICOS) de llevar a cabo un referéndum para conocer si la sociedad está de acuerdo sobre la propuesta.
John Stuart Mill dice que la más intolerante de las Iglesias, es la Iglesia Católica Romana (De la Libertad Cap. II) y aquí otra muestra.
En México existe un proyecto para legalizar el matrimonio gay en el D.F. que ha generado que el Colegio de Abogados Católicos de México (sí: existe una cofradía que combina una explosiva combianción de ABOGADOS + CATÓLICOS) de llevar a cabo un referéndum para conocer si la sociedad está de acuerdo sobre la propuesta.
Esto hizo que el párroco de la Iglesia de Guadalupe en Torreón, Miguel Portugal Aguilar, opinara que:
(i) Es un riesgo que se considere el consenso social para aprobar este tipo de decisiones, pues asegura que luego se podría llegar a cuestiones como la legalización de las drogas:
Más allá que el tema sobre la legalización de las drogas tenga sustentos de otra índole que no pasaremos a comentar aquí, ¿qué tiene que ver el matrimonio gay con la legalización de las drogas?
Además, me resulta inquietante el considerar al “consenso social” como un “riesgo”… ¡al contrario! Qué más saludable que los consensos para poder convivir en una sociedad. En todo caso, será riesgo para este curita que quiere que la mayoría se someta a la voluntad de una retrógrada minoría.
(ii) “No estamos en época de consensos, todo lo que considera correcto la mayoría se aprueba, si la mayoría aprueba el aborto, qué importa entonces la ley de dios, así vivimos, si llevamos el consenso a las últimas consecuencias, debemos tener cuidado”:
Y como en el caso anterior repito: “más allá que el tema sobre la legalización del aborto tenga sustentos de otra índole que no pasaremos a comentar aquí, ¿qué tiene que ver el matrimonio gay con la legalización del aborto?”
Por otro lado, como ya lo he dicho antes aquí la democracia se sustenta en el predominio de la mayoría pero respetando el derecho de la oposición, persigue la libertad y la igualdad como fines últimos, con el objeto de alcanzar la justicia. Por lo tanto, en democracia, aún cuando se buscan consensos, el 90% de la población no puede decidir eliminar al 10% restante. Esto porque, si bien se trata de una decisión colectiva y mayoritaria, no respeta el derecho de la minoría afectada (en tanto se dsconocen sus libertades y se les da un trato diferenciado) y la decisión adoptada no persigue –en definitiva- un fin justo.
(iii) De igual forma considera que es un riesgo permitir que una persona homosexual participe en rituales como el bautismo de un menor:
JUATTTTTT!!!!! ¿Por qué es un peligro? ¿El homosexual, se podría “comer” al niño? ¿Es el cuco o el Mounstro de Parcona? ¿Un homosexual no es un buen referente moral?
Debo confesar que he conocido más casos sobre curas y monjas con conductas duramente condenables por la moral y la ley, que homosexuales “descarriados”. Basta revisar la historia de la humanidad desde la antigua Grecia para notarlo.
Este argumento es tan ridículo, como ridícula fue la política que durante los años ´50 y ´60, en plena Guerra Fría, el gobierno canadiense pensaba que los homosexuales empleados en la administración pública, ejército y policía eran un riesgo para la seguridad nacional, lo cual generó que la Policía Real Montada del Canadá emprendiera una campaña para la identificación (mediante el uso de la “fruit machine”) y despido de todos los homosexuales empleados en el servicio público.
(iv) La iglesia tiene principios morales que no son negociables: “Hombre y mujer en una relación de pareja”. “La iglesia tiene doctrina teológica y moral que se debe mantener, basada en las sagradas escrituras bíblicas, por lo que, aunque resulte un acuerdo social, no puede aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo”:
Yo soy bautizado y confirmado. Lo primero, cuando no tenía poder de decisión y; lo segundo, cuando era un requisito indispensable para que me pudiera graduar del colegio. Nunca adopté la decisión de ser católico en forma verdaderamente libre. Desde que nací, se me machacó el catolicismo. Al final -cuando desperté-, lo único que había generado en mí tanto “floro” de las monjitas de mi colegio (la mayoría de ellas bastante terrenales y nada santas) fue un efecto adverso. No quiero saber nada con la religión católica. Creo mucho en Dios. Muchísimo. Eso sí. De hecho, oro a diario (1)(2). Pero mi trato con Él es directo. Rechazo la existencia de intermediarios bañados en hipocresía, con estándares de conducta medievales, ínfulas de “papá lo sabe todo”... un papá prepotente y autoritario que flagela con san martincito. Yo vivo mi fé a mi manera.
Por otro lado, sigo sin entender, por qué dentro de estos “principios morales que no son negociables” no calza el matrimonio entre un cura y una monja. Acaso ambos no serían “hombre y mujer en una relación de pareja”. Por qué condenar a dos seres humanos a una represión sexual de ese tipo. Si quieres servir a Dios como parte del clero, no debes tener sexo. Punto (pero eso sí, que no se te descubran en plena actividad masturbatoria).
JUATTTTTT!!!!! ¿Por qué es un peligro? ¿El homosexual, se podría “comer” al niño? ¿Es el cuco o el Mounstro de Parcona? ¿Un homosexual no es un buen referente moral?
Debo confesar que he conocido más casos sobre curas y monjas con conductas duramente condenables por la moral y la ley, que homosexuales “descarriados”. Basta revisar la historia de la humanidad desde la antigua Grecia para notarlo.
Este argumento es tan ridículo, como ridícula fue la política que durante los años ´50 y ´60, en plena Guerra Fría, el gobierno canadiense pensaba que los homosexuales empleados en la administración pública, ejército y policía eran un riesgo para la seguridad nacional, lo cual generó que la Policía Real Montada del Canadá emprendiera una campaña para la identificación (mediante el uso de la “fruit machine”) y despido de todos los homosexuales empleados en el servicio público.
(iv) La iglesia tiene principios morales que no son negociables: “Hombre y mujer en una relación de pareja”. “La iglesia tiene doctrina teológica y moral que se debe mantener, basada en las sagradas escrituras bíblicas, por lo que, aunque resulte un acuerdo social, no puede aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo”:
Yo soy bautizado y confirmado. Lo primero, cuando no tenía poder de decisión y; lo segundo, cuando era un requisito indispensable para que me pudiera graduar del colegio. Nunca adopté la decisión de ser católico en forma verdaderamente libre. Desde que nací, se me machacó el catolicismo. Al final -cuando desperté-, lo único que había generado en mí tanto “floro” de las monjitas de mi colegio (la mayoría de ellas bastante terrenales y nada santas) fue un efecto adverso. No quiero saber nada con la religión católica. Creo mucho en Dios. Muchísimo. Eso sí. De hecho, oro a diario (1)(2). Pero mi trato con Él es directo. Rechazo la existencia de intermediarios bañados en hipocresía, con estándares de conducta medievales, ínfulas de “papá lo sabe todo”... un papá prepotente y autoritario que flagela con san martincito. Yo vivo mi fé a mi manera.
Por otro lado, sigo sin entender, por qué dentro de estos “principios morales que no son negociables” no calza el matrimonio entre un cura y una monja. Acaso ambos no serían “hombre y mujer en una relación de pareja”. Por qué condenar a dos seres humanos a una represión sexual de ese tipo. Si quieres servir a Dios como parte del clero, no debes tener sexo. Punto (pero eso sí, que no se te descubran en plena actividad masturbatoria).
Por qué la religión católica es castrante. Por qué condena el placer. ¿Qué tiene de malo el placer si Dios nos puso en la tierra para gozar en ella y de ella?
Como dice con cierta frecuencia un gran filósofo de la cultura popular: “¡Exijo una explicación!” (Condorito).
Buen post man, justo sobre ambos temas hay una cosa clara, uno tiene q respetar las creencias y las costumbres de los demás, si están en contra del aborto o del matrimonio en el clero, genial, su opción será, pero ese nuevo impulso de querer estatizar la fe, me parece terrible, la movida actual de la iglesia (o tal vez debiera decir "la obra") es que sus creencias particulares se vuelvan leyes generales, lo cual no me parece válido.
ResponderEliminarSobre el matrimonio homosexual, si es totalmente retrograda, la valí moral no se mide por conductas sexuales, eso nada tiene que ver.
Igual siempre tienes la opción de irte a España pichilón jajajaj.
Saludos
Daniel S