lunes, noviembre 16, 2009

Voto Facultativo HACE RATO!!!



Como yo lo veo el asunto es tan simple que sencillamente no comprendo por qué cada cierto tiempo me encuentro obligado a acudir a las urnas, bajo pena de multa: yo voy porque quiero, no porque me obliguen, ¿pero si algún día no quiero ir a votar? Pues me jodí.

En el Perú, estamos acostumbrados a emitir un “voto negativo”: votamos por Juan para que salga elegido Pedro. Casi nunca votamos en un sentido positivo: votamos por Juan porque queremos que él nos gobierne.

Las sociedades son las únicas que deben elegir su modo de gobernarse. No los políticos. En un país democrático, los políticos solo sirven para encausar las exigencias colectivas. La última encuesta de la empresa Ipsos Apoyo, publicada en el diario El Comercio, revela que la mayoría de peruanos está a favor de la realización de un referéndum por el voto voluntario (el 24% de mostró en desacuerdo y el 2% evitó comentar al respecto). Sin embargo, nuestros políticos (ver quiénes aquí), consideraron que no había que instaurar el voto facultativo.

Un derecho es distinto a un deber. El derecho importa una facultad que se puede o no ejercer. Un deber, en cambio, importa una obligación de ejercer. El derecho de elegir a los gobernantes de un país, contiene el derecho a no elegir a ninguno: si no estamos de acuerdo con ningún candidato, o en todo caso, si nos da igual que nos gobierne cualquiera, ¿por qué estamos obligados a elegir alguno? ¡NO QUIERO NINGUNO PUES, DÉJENME EN PAZ! Además, me van a marcar como ganado, ensuciándome las manos con tinta indeleble ¿cuál es la necesidad digo yo?



Los que saben por quién votar, no van a cambiar su voto. Los que quieren ir a votar, no van a dejar de hacerlo porque el voto se convierta en facultativo. Pero, ¿y el resto?: (a) los que no saben por quién votar y (b) los que no quieren ir a votar.



Respecto de los últimos, la misma encuesta de Apoyo (realizada entre el 11 y 13 de noviembre en 15 ciudades representativas del país), señala que los que no irían a votar serían tan solo el 20% de la población (el 77% dijo que sí votaría y el 3% se abstuvo de comentar el tema). Con ello, el argumento del ausentismo electoral perdería sustento.



En cuanto al otro grupo de personas (los que no saben por quién votar), caben dos posibilidades. Que simplemente no acudan a votar (para lo cual el voto debería ser facultativo) y asunto solucionado; o que vayan a votar marcando por cualquier candidato, pues les da igual. Son votos irreflexivos, muy tentadores para los candidatos, pues son más fáciles de obtener que los de aquellos electores que tienen las ideas de votación claras.

Así, vemos que para ganar esos votos, los candidatos se esmerarán en enfocar sus campañas, bailando reagetton o el “baile del chino” y regalando kilitos de arroz, pero ¿y el debate sobre las propuestas? ¿y las discusiones?: JUAT!!! ¿Tudela haciendo el avioncito en un desacompasado baile? ¿y las gordas tetas de Alan en un estrado? Horror!!!

Por último, ninguna obligación de votar obliga a que en verdad se vote en los hechos: siempre hay votos en blanco, nulos y viciados, que solo incrementan la carga del escrutinio (conteo de los votos) que bien pudo haberse evitado si sencillamente no se afecta la libertad de las personas a decidir si quieren ir a votar o no.



Y por último, el voto irreflexivo afecta indirectamente la libertad (no solo de quien tiene que ir a votar sin querer hacerlo, y elegir a alguien que en verdad no desea) de las personas que sí saben por quién votar. En efecto, estas personas que van a ir a votar siendo el voto facultativo van a apostar por un candidato determinado para que los gobierne. Sin embargo, su capacidad de decisión, se va a ver afectada si es que la mayoría de los votos irreflexivos eligen al candidato opositor. En este caso, no es que el pueblo haya elegido a un candidato, sino que un candidato obtuvo mayor cantidad de votos, que no necesariamente reflejan el deseo del pueblo. Si estos votos irreflexivos no hubiesen existido, tal vez el pueblo pudo haber hecho escuchar su voz: “queremos que nos gobierne Juan porque creemos que es el mejor”.

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y tb cuentamelo todo... y exagera!