lunes, noviembre 30, 2009

Uso eficiente del tiempo (TEUET)

Ésta es mi “Teoría Económica del Uso Eficiente del Tiempo” (TEUET), con la que explico porque, a veces actúo de cierta manera tan apresurada o porque es que me vuelvo (más) loco si no tengo un reloj a la vista. Y es que todo mi comportamiento gira entorno al uso eficiente del tiempo y básicamente, se sustenta en: (i) un análisis costo-beneficio; (ii) costo de oportunidad y (iii) manejo del riesgo.


1) Uso eficiente del tiempo

Cuando se disfruta de un buen platillo, algunos preferimos dejar el mejor bocado para el final. Del mismo modo, siempre estoy tratando de hacerlo todo “de una vez” y así dejar para el final, lo que más me gusta hacer, que es nada.

Soy un haragán. Más propiamente dicho, un zángano, pues no rehúyo al trabajo, pero sí soy flojo (y me encanta serlo). Y no me da vergüenza reconocer que lo que más me entusiasma hacer, es “nada”. Interrumpido solo por el sonido del televisor al ver una película, el sonido de mi mente al escribir o el sonido de mi guitarra al cantar. Pero siempre, sin salir de caSa… mejor dicho, de caMa, con “M”. Y si interrumpo mi estadía en cama, es solo para ir a correr olas, estar con mi enamorada, con mis amigos. Y si me detengo, es porque tengo que investigar (algo que también me gusta pero que a veces tengo que hacer), como lo hacía cuando tenía el tiempo para ver TV, correr olas, cantar, escribir y andar con los amigos; hasta que el trabajo se comenzó a inmiscuir en mis planes de oscio. Fue ahí cuando comencé a desarrollar esta idea: la del “último bocado de tiempo”.

Hay cosas que tenemos que hacer de todas maneras durante nuestras vidas. Muchas de ellas no nos gustarán. Son costos en los que de todas formas vamos a tener que incurrir. El truco está en enfrentar esta realidad, internalizando dichos costos y buscando la manera de conseguir que los beneficios sean superiores.

¿Cómo? Primero, reduciéndolos hasta donde más se pueda (me refiero a estos costos de los que no podemos escapar). Y segundo, maximizando la utilidad.

Esto se consigue disponiendo nuestras AGENDAS de tal modo que permita cumplir primero con lo que menos me gusta hacer (no procrastinándolas) dejando para el final “el bocado más delicioso”. No hay nada peor, que tener que dejar de hacer algo que nos gusta para comenzar a hacer algo que nos disgusta. La verdad, yo prefiero terminar primero de hacer lo que me disgusta, para nunca más tener que hacerlo nuevamente.

Anoto que el costo se ve sustancialmente reducido si es que uno lo asume de buena gana (como un constante niño reilón). Al ser menos molestos, algunos costos pueden llegar a convertirse en ganancia. Por ejemplo: a mí me gusta la investigación, y a su vez, investigar es un costo que tengo que asumir si luego quiero tener alguna idea clara. Entonces, cuando investigo, estoy invirtiendo pero a la vez disfrutando.

Mi sueño es que cuando el tiempo total disponible en mi vida, esté a punto de terminar, y yo –un abuelito cualquiera- mire hacia atrás para evaluar el total del ejercicio, pueda estar tranquilo que he hecho lo que tenía que hacer para gozar de una buena vida y no entrar a ejercicios de ucronía. Mi presencia física en la tierra la cierro con las cuentas en azul: “Y ahí te voy a buscar Dios, gran accionista de nuestra existencia”.


2) Alto riesgo, alta rentabilidad

Esta es una regla económica que se aplica a casi todos (por no decir a todos) los aspectos de nuestra existencia (no solo a nivel económico) y la TEUET no es la excepción, pues debo reconocer que importa cierto nivel de riesgo ya que nadie tiene la vida comprada. Dios no quiera, hoy o mañana, algo podría surgir un imprevisto que me impida llegar a ser “un abuelito cualquiera”. Y mi “negocio” se vería truncado durante mi inversión en los costos y sin haber visto utilidad alguna. ¡Fracaso total!

Por eso -supongo-, algunos prefieren disfrutar de la vida hoy. Empero, no se dan cuenta que al usar el tiempo únicamente en diversión (utilidad), están dejando la inversión en costos para el final (costos que se pueden traducir o manifestar de diversas maneras). En realidad, lo que están haciendo es “obtener un crédito” para despilfarrar el dinero prestado. Pero al final, la vida les pasará la factura. Seguramente, no a todos y algunos pocos lograrán pasar del “prestamista”. Pero la mayoría tendrá que saldar sus cuentas. Una vez más la regla se cumple: el altísimo riesgo asumido por esa minoría que pudo vivir de la utilidad desde siempre hasta el final, produjo una rentabilidad muy alta; pero la mayoría caerá en desgracia. Si se asume un riesgo en libertad, sus consecuencias deben ser también asumidas (no olvidemos que la libertad es la inseparable pareja de la responsabilidad).

En cambio, yo prefiero asumir una inversión más segura (por lo tanto, no tan rentable) pero tampoco demasiado conservadora (y por ende no tan austera en cuanto a los beneficios).

La idea es ir acumulando costos para el principio del tiempo disponible. Si mi vida se trunca en el camino, no habré podido disfrutar de la utilidad calculada, sino una menor de conformidad según lo que mi agenda disponga. Ese es el riesgo. Pero, si nada en el camino me impide llegar a una edad avanzada, el “abuelito cualquiera” que llegue a ser, será uno opulento (no necesariamente en términos monetarios, aunque sería bueno que así lo sea), con una vida plena, feliz: esa es la rentabilidad.


3) Una agenda disciplinada pero flexible

Para que la TEUET funcione, el diseño de nuestras agendas, debe considerar dos principios que aunque parecen contradictorios, son en realidad complementarios: disciplina y flexibilidad.

Disciplina para estructurar concienzudamente la agenda y cumplir sistemáticamente con ella. Nadie nos controla, así que solo va a depender de nosotros que los costos sean asumidos cuando así se haya planeado (la siembra y cultivo), dejando la “cosecha” solo cuando corresponda.

El cumplimiento de la agenda es un compromiso personal que se debe procurar no transgredir. El tener presente que estamos invirtiendo en costos ineludibles para luego obtener la máxima rentabilidad con una pérdida mínima, es la idea fuerza que –de estar siempre presente- nos puede ayudar a no perder el norte en esta tarea que exige perseverancia.

Pero esta disciplina, debe admitir la posibilidad de adecuarse a las nuevas realidades que la vida exige. Es posible que durante el transcurso del tiempo disponible (vida), surjan situaciones no previstas que hagan necesaria una revisión de la agenda. Nuevas prioridades pueden ir apareciendo (costos) y requieren ser atendidas (con la menor pérdida posible). Si esto sucede, se debe estar presto a adecuar nuestras agendas a dichos contextos contemporáneos.


4) El tiempo como Recurso

No hay que perder de vista que la TEUET gira entorno a un mismo recurso (nuestro propio tiempo disponible) que es ESCASO, pues tiene una duración finita, en tanto acaba cuando termina la vida. Y lo que es más delicado: es un recurso que si no se aprovecha en su momento, se pierde y que, a diferencia de otros bienes, el tiempo propio no se puede transferir (o uno mismo lo usa, o no lo usa y se pierde). Un minuto mal utilizado o inutilizado, incrementa los costos en nuestra existencia. Un minuto bien utilizado, redunda en beneficios (utilidad).

Ojo: tampoco se vaya a confundir el concepto de “tiempo mal utilizado” con un “resultado no deseado”.


5) El círculo virtuoso de la puntualidad

Consecuencia de lo anterior, es que uno termina siendo puntual. Empezar una hora más tarde, implica perder una hora de utilidad. Y del mismo modo, uno comienza a exigir puntualidad. Si la cita es a la 1.00 p.m., comenzar a las 1.30 p.m. importa haber perdido media hora sin hacer nada (solo esperando al impuntual). En esa media hora, bien pudo aprovecharse mejor, “costeando”.

Pero como vivimos en  Perú y los relojes de todos marcan distintas horas, he visto la manera de reducir ese riesgo, y siempre llevo una lectura productiva conmigo para esos momentos de espera, en que el que llega tarde, me da la oportunidad de investigar algo de lo que pueda aplicar o sacar provecho.

Cuando alguien que aplica la TEUET en su vida diaria toma consciencia de lo anterior, comienza el círculo virtuoso de la puntualidad, respetando el tiempo ajeno y cumpliendo con los horarios prometidos.


6) Pero también quiero descansar… finalmente, ¡me encanta zanganear!

Nada en la TEUET impide momentos de distracción. En el diseño de la agenda se debe permitir espacios para el ocio (productivo o improductivo, eso dependerá del análisis costo-beneficio de cada momento particular, que varía de persona en persona). Estos “respiros” no deben ser vistos como tiempo inutilizado o en todo caso mal utilizado. Más bien constituyen un cargador de baterías. Saber dosificar el descanso entre el tiempo destinado a la inversión en costos, permite aumentar la productividad a largo plazo, pues siempre te mantiene fresco evitando caer en un desgaste imparable que solo genera que la producción sea cada vez menor.

Por otro lado, estos injertos de “tiempo libre” durante los plazos correspondientes a la inversión en costos, también sirven para diluir el riesgo anteriormente expuesto. Dicho de otro modo, funge de “dosificador de riesgos”. Tener una vida dedicada exclusivamente a invertir en costos para luego disfrutar de los beneficios, podría generar (además del cansancio antes indicado lo que a su vez dificulta la perseverancia… la disciplina) una primera parte de la vida infeliz. Una situación que contradice toda la TEUET, que lo que busca es justamente lo contrario: alcanzar la felicidad.

Entonces, también hay que tener espacios para la diversión. Así, el riesgo de haber invertido solo en costos, se convierte en el riesgo de haber invertido mayoritariamente en costos, que en definitiva es un riesgo menor.

viernes, noviembre 27, 2009

¿Matrimonio gay? (en una) ¿Iglesia Católica?


Hoy 27/11, se publicó aquí una nota titulada “Un riesgo el referéndum sobre el matrimonio gay”, que merece comentarios por partes.

John Stuart Mill dice que la más intolerante de las Iglesias, es la Iglesia Católica Romana (De la Libertad Cap. II) y aquí otra muestra.

En México existe un proyecto para legalizar el matrimonio gay en el D.F. que ha generado que el Colegio de Abogados Católicos de México (sí: existe una cofradía que combina una explosiva combianción de ABOGADOS + CATÓLICOS) de llevar a cabo un referéndum para conocer si la sociedad está de acuerdo sobre la propuesta.


Esto hizo que el párroco de la Iglesia de Guadalupe en Torreón, Miguel Portugal Aguilar, opinara que:

(i) Es un riesgo que se considere el consenso social para aprobar este tipo de decisiones, pues asegura que luego se podría llegar a cuestiones como la legalización de las drogas:

Más allá que el tema sobre la legalización de las drogas tenga sustentos de otra índole que no pasaremos a comentar aquí, ¿qué tiene que ver el matrimonio gay con la legalización de las drogas?

Además, me resulta inquietante el considerar al “consenso social” como un “riesgo”… ¡al contrario! Qué más saludable que los consensos para poder convivir en una sociedad. En todo caso, será riesgo para este curita que quiere que la mayoría se someta a la voluntad de una retrógrada minoría.

(ii) “No estamos en época de consensos, todo lo que considera correcto la mayoría se aprueba, si la mayoría aprueba el aborto, qué importa entonces la ley de dios, así vivimos, si llevamos el consenso a las últimas consecuencias, debemos tener cuidado”:

Y como en el caso anterior repito: “más allá que el tema sobre la legalización del aborto tenga sustentos de otra índole que no pasaremos a comentar aquí, ¿qué tiene que ver el matrimonio gay con la legalización del aborto?”

Por otro lado, como ya lo he dicho antes aquí la democracia se sustenta en el predominio de la mayoría pero respetando el derecho de la oposición, persigue la libertad y la igualdad como fines últimos, con el objeto de alcanzar la justicia. Por lo tanto, en democracia, aún cuando se buscan consensos, el 90% de la población no puede decidir eliminar al 10% restante. Esto porque, si bien se trata de una decisión colectiva y mayoritaria, no respeta el derecho de la minoría afectada (en tanto se dsconocen sus libertades y se les da un trato diferenciado) y la decisión adoptada no persigue –en definitiva- un fin justo.

(iii) De igual forma considera que es un riesgo permitir que una persona homosexual participe en rituales como el bautismo de un menor:

JUATTTTTT!!!!! ¿Por qué es un peligro? ¿El homosexual, se podría “comer” al niño? ¿Es el cuco o el Mounstro de Parcona? ¿Un homosexual no es un buen referente moral?

Debo confesar que he conocido más casos sobre curas y monjas con conductas duramente condenables por la moral y la ley, que homosexuales “descarriados”. Basta revisar la historia de la humanidad desde la antigua Grecia para notarlo.

Este argumento es tan ridículo, como ridícula fue la política que durante los años ´50 y ´60, en plena Guerra Fría, el gobierno canadiense pensaba que los homosexuales empleados en la administración pública, ejército y policía eran un riesgo para la seguridad nacional, lo cual generó que la Policía Real Montada del Canadá emprendiera una campaña para la identificación (mediante el uso de la “fruit machine”) y despido de todos los homosexuales empleados en el servicio público.

(iv) La iglesia tiene principios morales que no son negociables: “Hombre y mujer en una relación de pareja”. “La iglesia tiene doctrina teológica y moral que se debe mantener, basada en las sagradas escrituras bíblicas, por lo que, aunque resulte un acuerdo social, no puede aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo”:

Yo soy bautizado y confirmado. Lo primero, cuando no tenía poder de decisión y; lo segundo, cuando era un requisito indispensable para que me pudiera graduar del colegio. Nunca adopté la decisión de ser católico en forma verdaderamente libre. Desde que nací, se me machacó el catolicismo. Al final -cuando desperté-, lo único que había generado en mí tanto “floro” de las monjitas de mi colegio (la mayoría de ellas bastante terrenales y nada santas) fue un efecto adverso. No quiero saber nada con la religión católica. Creo mucho en Dios. Muchísimo. Eso sí. De hecho, oro a diario (1)(2). Pero mi trato con Él es directo. Rechazo la existencia de intermediarios bañados en hipocresía, con estándares de conducta medievales, ínfulas de “papá lo sabe todo”... un papá prepotente y autoritario que flagela con san martincito. Yo vivo mi fé a mi manera.

Por otro lado, sigo sin entender, por qué dentro de estos “principios morales que no son negociables” no calza el matrimonio entre un cura y una monja. Acaso ambos no serían “hombre y mujer en una relación de pareja”. Por qué condenar a dos seres humanos a una represión sexual de ese tipo. Si quieres servir a Dios como parte del clero, no debes tener sexo. Punto (pero eso sí, que no se te descubran en plena actividad masturbatoria).

Por qué la religión católica es castrante. Por qué condena el placer. ¿Qué tiene de malo el placer si Dios nos puso en la tierra para gozar en ella y de ella?


Como dice con cierta frecuencia un gran filósofo de la cultura popular: “¡Exijo una explicación!” (Condorito).

lunes, noviembre 23, 2009

Juego de Espías



¡Horror! Se encontró un espía


¡HUACHAFOS! Todo el mundo sabe que el espionaje existe y no solo a nivel estatal. Ahí tenemos también el espionaje industrial o comercial; el espionaje marital o entre parejas desconfiadas; el espionaje deportivo; el espionaje de barrio o chismorrería; espionaje virtual; etc.


Y es que el espionaje no es una práctica reciente. Ya en el Antiguo Testamento se encuentran historias de espionaje. Doce siglos antes del nacimiento de Jesucristo, en los tiempos en los que Josué quien para conquistar Jericó, encargó a dos de sus lugartenientes que marcharan desde donde se encontraban (Sittim), hasta Jericó para estudiar a su enemigo y desarrollar la mejor estrategia militar que habrían de plantear con objeto de invadir dicha ciudad de manera victoriosa. Y si de mujeres –como es la presidenta chilena- espías se trata no podemos olvidar a Dalila, quien tras varios intentos obtuvo del forzudo israelita Sansón el conocimiento de dónde residían sus poderes: su cabello.


¡Es más! El espionaje hasta es visto como una actividad tan apasionante que invita a los niños a responder a la pregunta ¿Qué quieres ser cuando crezcas papito? ¡Un espía!


Entonces, ¿de cuándo acá éste es motivo para sorpresa, digo yo? ¿Acaso tenemos que creer que es la primera vez que se detecta un espía? Habría que ser demasiado ingenuo.


Es más, lo que debería sorprender es que este hallazgo haya salido a la luz. Usualmente, cuando el aparato de inteligencia de un país (órgano lleno de espías y contraespías, por cierto) descubre un espía enemigo, informa a la parte operativa para que se lleven a cabo las acciones correspondientes: lo fondeen. ¿Quién va a reclamar? ¿el país que envió al espía va a reclamar? Evidentemente no, pues no se atrevería a decir “este otro país mató a un espía que yo envié”. Ni hablar: Todos se hacen los locos y el negocio continúa... 


Tal vez el hecho que sea un ciudadano peruano le salvo la vida al tal Ariza que ahora está en boca de todos. Y es que presumo que si desaparecía, su familia iría a reclamar enarbolando la bendita bandera de los Derechos Humanos. Además, tal vez sea buen momento para sacarlo a la luz justo durante el diferendo limítrofe que se está evaluando en las cortes internacionales correspondientes. El mensaje para el mundo sería el siguiente: “¿ya ven? Chile tiene afanes expansionistas. Cuidado…cuídenme”.


¿O es que hay algo más que se está cociendo detrás de este circo? ¿Qué nos mostrará la historia en el futuro?




Mi nombre es ARIZA… VICTOR ARIZA.


Éste Ariza no será tan pintón como James Bond (no el ornitólogo, sino el espía de ficción creado por el ex-periodista de Reuters y agente de inteligencia del Departamento Británico de Inteligencia Naval de la Royal Navy durante la II Guerra Mundial (1)(2), Ian Lancaster Fleming)  o Brad Pitt en la película “Juegos de Espías”. Tampoco tuvo la gloriosa suerte de seducir a exquisitos bombones de piernas largas. Y ni que decir del cuerpo de Arnold Schwarzenegger (que apellido para inpronunciable, ¿verdad?), quien actuó como espía en la película “Mentiras Verdaderas”.



Mas bien se trata de un empachado cachetón, que además de su esposa tenía otras dos mujeres (¡tremendo jugadorazo!), ambas PNP, seguramente no tan atractivas como la Agente 69 (nombre original del personaje de la serie el Superagente 86, antes que la NBC decidiera cambiarlo a 99 por razones obvias), pero sí lo suficientemente embutidas en esos ajustados pantalones reglamentarios del escuadrón Fénix (que provocan tortícolis en varios transeúntes), como para que este sujeto, que por lo pronto está en el penal de Piedras Gordas (tan gorda como su caraza), procree algún hijo extramatrimonial.


No creo que haya tomado Gyn Tonic mientras con una labia envidiable seducía a sus mujeres antes de llevarlas de paseo en su Aston Martin. Pero no me sorprendería que haya gozado de las bondades de una “chela bien al polo” para alegrar un poquito a sus “germitas”, antes de subirlas a un Tico, con dirección a un hostal de 2 estrellas (quiero pensar que su arrogancia y condición de militar, no lo haya invitado a conducir en estado etílico).


Simplemente: un traidor


Los placeres y responsabilidades del chanchito en cuestión, no se cubren con su magro sueldo de los $500.00 mensuales. Tenía que buscarse un cachuelo y $3000.00 ya suena un poquito mejor. La pregunta es: resulta ser un monto suficiente para traicionar a su propio país. País que no solo le dio un trabajo fijo, sino que invirtió en su instrucción y que confió en él para desarrollar justamente actividades de inteligencia electrónica para la FAP. País que invirtió en él para enviarlo como agregado a la embajada de Perú en Santiago de Chile en el año 2002, donde en lugar de realizar sus labores dignamente, se puso en venta. País donde creció y conoció a sus amigos. ¡País que vio nacer a sus hijos (que ahora sufren la verguenza pública de tener como padre al hombre más odiado del Perú... más que Laura Bozzo) y le dio hasta tres mujeres! Al parecer, el omnívoro sujeto pasó de largo la regla que prohíbe morder la mano que quien brinda el alimento.


¡Semejante aberración la de este rechoncho patín! ¿Merece ser peruano? Se le debería expatriar y luego “encanar”. No soy de desearle el mal a nadie, pero hay cosas que sencillamente indignan y la traición es una de ellas.

Quiero ver qué sucede cuando salga de la cárcel y pretenda regresar a Huacho, donde nació hace 45 años. ¿El destino le hará justicia? ¿Saldrá viejo, delgado, desgastado, sin fortuna, sin amigos, sin familia que se atreva a acogerlo… sin honor?



"Por favor, ¡piedad!" JUAAAAAAATTTTTTTT???????



En Reporte Semanal comentó la esposa del traidor Ariza pidiendo clemencia. Y comenta el sufrimiento por el que pasa su hija. ¿Clemencia? Es una lástima que los hijos tengan que sufrir las consecuencias de las malas acciones de sus padres, pero eso no es óbice para tratar con clemencia a una persona que mientras recibía su dinerito (subrayamos la terminación “ito” que denota miseria) se reía de sus superiores y dañaba a todo NUESTRO país. En ese momento no hubo remordimiento alguno, ¿verdad? Mientras la esposa recibiera su partecita, no había problema. Eso ha venido ahora que ya lo descubrieron.

Ariza vendió los planes militares estratégicos del Perú al país limítrofe que más se acerca al concepto de "enemigo militar" hasta el año 2021. Para tener una idea de lo que esto significa, esos planes fijaban la manera de reflotar nuestro "poderío" aéreo de modo tal que en caso de una guerra, se pueda dar una lucha más digna. Ahora que Chile los conoce, tomará las medidas necesarias y en caso de una guerra... las palabras sobran. Y todo por solamente $3000.00 mensuales!!!

Así, Ariza ha puesto en riesgo la seguridad no solo de nuestros militares, sino de todo un país... ¿y ahora su esposa ruega por piedad? Pues, de mi parte, la única PorPiedad que podría recomendar es esta y nada tiene que ver con Ariza.


¿Y el gobierno Chileno? No dice: "esta boca es mía"


Por último, creo que es imposible tapar el sol con un dedo. Chile debería reconocer lo sucedido y en todo caso, que se rompa la pita por el lado más débil emitiendo una declaración como esta: “en efecto, luego de las exhaustivas investigaciones, hemos descubierto que nuestros altos mandos han estado llevando a nuestras espaldas, actos de espionaje que el gobierno chileno rechaza tajantemente, por lo que pedimos las disculpas del caso a nuestro hermano país Perú, no sin antes asegurarle que ya se han tomado las medidas correspondientes frente a estos malos elementos de nuestras instituciones castrenses”.


¡Qué diablos! Es lo más decente que puede hacer el país sureño para todavía salvaguardar, en la medida de lo posible, su imagen.


Por último me gustaría recordar algo (que no podemos negar): somos países limítrofes y ninguno de los dos se puede mudar. Si no nos llevamos bien (aclaro que no es mi caso, pues no guardo resentimiento alguno con ningún chileno en particular), ¡piña! Tenemos que acostumbrarnos a convivir juntos.

lunes, noviembre 16, 2009

Nuestros Políticos

Nuestros políticos que se creen todo-poderosos. Hacen lo que les da la gana y no encausan ninguna demanda nacional. Creen que el haber sido elegidos, les da una "patente de corso" que les permite hacer los que le venga en gana. Para ellos ser elegido parlamentario es la posibilidad de estar por encima de la ley.
Pero, aunque indignante, la verdad no los culpo (no tanto). En su mayoría, son personas que por su reducida (y en muchos casos cuestionable) educación, no tienen cómo conocer el sistema político-constitucional. Tal vez unas clases gratis para congresistas no sería mala idea. Y aunque todo candidato debería tener una responsabilidad moral de conocerlo antes de su lanzamiento, paradójicamente nuestra Constitución admite la posibilidad de tener un congresista analfabeto. Qué se les puede reprochar a estos tipej@s, si es que el mismo pueblo los eligió

La pregunta es: ¿por qué se les eligió? ¿Cuáles fueron las propuestas que determinaron su elección? O mejor dicho ¿Qué canción bailaron durante la campaña?

Voto Facultativo HACE RATO!!!



Como yo lo veo el asunto es tan simple que sencillamente no comprendo por qué cada cierto tiempo me encuentro obligado a acudir a las urnas, bajo pena de multa: yo voy porque quiero, no porque me obliguen, ¿pero si algún día no quiero ir a votar? Pues me jodí.

En el Perú, estamos acostumbrados a emitir un “voto negativo”: votamos por Juan para que salga elegido Pedro. Casi nunca votamos en un sentido positivo: votamos por Juan porque queremos que él nos gobierne.

Las sociedades son las únicas que deben elegir su modo de gobernarse. No los políticos. En un país democrático, los políticos solo sirven para encausar las exigencias colectivas. La última encuesta de la empresa Ipsos Apoyo, publicada en el diario El Comercio, revela que la mayoría de peruanos está a favor de la realización de un referéndum por el voto voluntario (el 24% de mostró en desacuerdo y el 2% evitó comentar al respecto). Sin embargo, nuestros políticos (ver quiénes aquí), consideraron que no había que instaurar el voto facultativo.

Un derecho es distinto a un deber. El derecho importa una facultad que se puede o no ejercer. Un deber, en cambio, importa una obligación de ejercer. El derecho de elegir a los gobernantes de un país, contiene el derecho a no elegir a ninguno: si no estamos de acuerdo con ningún candidato, o en todo caso, si nos da igual que nos gobierne cualquiera, ¿por qué estamos obligados a elegir alguno? ¡NO QUIERO NINGUNO PUES, DÉJENME EN PAZ! Además, me van a marcar como ganado, ensuciándome las manos con tinta indeleble ¿cuál es la necesidad digo yo?



Los que saben por quién votar, no van a cambiar su voto. Los que quieren ir a votar, no van a dejar de hacerlo porque el voto se convierta en facultativo. Pero, ¿y el resto?: (a) los que no saben por quién votar y (b) los que no quieren ir a votar.



Respecto de los últimos, la misma encuesta de Apoyo (realizada entre el 11 y 13 de noviembre en 15 ciudades representativas del país), señala que los que no irían a votar serían tan solo el 20% de la población (el 77% dijo que sí votaría y el 3% se abstuvo de comentar el tema). Con ello, el argumento del ausentismo electoral perdería sustento.



En cuanto al otro grupo de personas (los que no saben por quién votar), caben dos posibilidades. Que simplemente no acudan a votar (para lo cual el voto debería ser facultativo) y asunto solucionado; o que vayan a votar marcando por cualquier candidato, pues les da igual. Son votos irreflexivos, muy tentadores para los candidatos, pues son más fáciles de obtener que los de aquellos electores que tienen las ideas de votación claras.

Así, vemos que para ganar esos votos, los candidatos se esmerarán en enfocar sus campañas, bailando reagetton o el “baile del chino” y regalando kilitos de arroz, pero ¿y el debate sobre las propuestas? ¿y las discusiones?: JUAT!!! ¿Tudela haciendo el avioncito en un desacompasado baile? ¿y las gordas tetas de Alan en un estrado? Horror!!!

Por último, ninguna obligación de votar obliga a que en verdad se vote en los hechos: siempre hay votos en blanco, nulos y viciados, que solo incrementan la carga del escrutinio (conteo de los votos) que bien pudo haberse evitado si sencillamente no se afecta la libertad de las personas a decidir si quieren ir a votar o no.



Y por último, el voto irreflexivo afecta indirectamente la libertad (no solo de quien tiene que ir a votar sin querer hacerlo, y elegir a alguien que en verdad no desea) de las personas que sí saben por quién votar. En efecto, estas personas que van a ir a votar siendo el voto facultativo van a apostar por un candidato determinado para que los gobierne. Sin embargo, su capacidad de decisión, se va a ver afectada si es que la mayoría de los votos irreflexivos eligen al candidato opositor. En este caso, no es que el pueblo haya elegido a un candidato, sino que un candidato obtuvo mayor cantidad de votos, que no necesariamente reflejan el deseo del pueblo. Si estos votos irreflexivos no hubiesen existido, tal vez el pueblo pudo haber hecho escuchar su voz: “queremos que nos gobierne Juan porque creemos que es el mejor”.

lunes, noviembre 09, 2009

Kill Bill y el muro de Berlín: Feliz aniversario!




Me encanta el ron (puro y con hielo). Ahorita, me encuentro probando algunos, fumando un puro, viendo Kill Bill (preciosa película sobre perseverancia y amor, con un final felíz…) mi cabeza va a mil y todo es un locurón!!!

No es que lo haya planeado. Es solo que coincidió que tenía varios artículos a la mano: una variedad de rones que fui probando uno a uno y el puro que me acompaña en ver la película. Así, encontré un orden de preferencia sobre mis gustos roneros:


1) Legendario (cubano)

2) Mulata (cubano)

3) Habana Club (cubano)

4) Brugal (dominicano)

5) Appleton (jamaiquino)

6) Cartavio (nacional)


Noté que los mejores rones (de los que probé) son los cubanos. Y vuelvo a pensar en las oportunidades que podrá aprovechar este país, el día que deje de insistir tercamente en el socialismo y en la dictarura. Es decir, cuando su gente pueda alcanzar niveles de bienestar aceptables.



Cuando hace 20 años, un 09 de noviembre de 1989, cayó el muro de Berlín, Alemania reunificada (en los hechos, pues formalmente fue reunificada el 3 de octubre de 1990) contaba con el 50% de su territorio (el del lado oriental) pobre y el 50% de su territorio (el del lado occidental) rico. Un lado con libertades muy recortadas y otro con mayores niveles de libertad. El primero, con una economía planificada (socialismo) y el segundo, con una economía más libre (capitalismo). Al cabo de unos años, se “occidentaliza el oriente” y Alemania logró recuperar su posición como una potencia europea: básicamente gracias a su industria y tecnología (hasta los perros son inteligentes en Alemania: ver, 1 y 2).


Y me pongo a pensar, en las maravillas que tiene Cuba y en lo que sería su situación si fuera libre… si tuviera una economía libre: ¡como podría repuntar si Cuba se "occidentaliza"! Asi por ejemplo, luego de la muerte de Franco, España también se "occidentalizó" y pudo saltar del tercer mundo, al primero.

En definitiva, Cuba tiene algo que seduce al turista. Son tantos los millones que llegan cada año a la isla, que algo nos debe indicar, ¿no? Viajan para disfrutar de un muy buen ron, tabaco, comida, música, danza, cultura, arquitectura, historia… y tantas otras cosas que no las han podido explotar como debieran, como consecuencia a la poca libertad que se respira en el asfixiante país rodeado de mar.


La caída del muro de Berlín, no solo representa la derrota del comunismo, el fin de la guerra fría y del Pacto de Varsovia, el establecimiento de un mundo unipolar (con Estados Unidos como única superpotencia que ahora también levanta nuevos muros: no todo es color rosa) y la expansión mundial sin precedentes del capitalismo y de la desregulación de los mercados. Representa algo más: la victoria de la LIBERTAD y la derrota de la represión.



Cuando la cortina de cemento que dividía un país cayo a punta de combazos, comenzó una nueva era de LIBERTAD  y de DEMOCRACIA para el mundo. La caída del muro que causo la muerte de muchísimos alemanes que intentaron cruzarlo, muestra además, cómo la constricción de libertades individuales afecta no solo a la persona humana en términos morales o de dignidad, sino que tiene efectos reales en la economía y con ello en el bienestar de las personas.


Sabemos que -tarde o temprano, cuando suceda- será difícil para Cuba (y otros países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, etc.) salir del hoyo en el que se encuentran (y que sus políticos no quieren mostrar). La imagen de Beatrix Kiddo (Uma Thurman en Kill Bill), una vez más aparece en mi mente, cuando estando enterrada viva y mientras corta la cuerda que ata sus manos, recuerda el entrenamiento que habia tenido en China con el legendario maestro de artes marciales Pai Mei quien le enseñó un golpe corto con el que logra salir del ataúd y luego desenterrarse. Felizmente, y a diferencia de Beatrix Kiddo, Cuba tiene algo más que una linterna y una navaja. Cuba puede salir del hoyo... pero hay que cortar sus cuerdas.

Celebremos el día de hoy la caída de un muro que jamás debió ser construido. Celebremos el día de hoy, un hito histórico en la lucha por la LIBERTAD y roguemos para que cada vez , más naciones de la tierra puedan gozar de ella...


Salud con Legendario!!!

jueves, noviembre 05, 2009

Combis!!!! Lo mismo de siempre


Ayer en la noche, luego de jugar un partido de fulbito caminaba hacia el cruce de San Luis con Javier Prado para tomar un micro que me llevara a casa. Antes de llegar a la esquina un niño de aproximadamente seis años estaba pateando una botella vacía de plástico de 500 ml. Desde lejos lo ví y hasta visualicé su partido imaginario: el estadio estaba lleno y el metía el gol de la victoria. Estaba solo, muy solo para semejante partidazo. ¡Ay! mi tobillo derecho. Siempre me lo tuerzo cuando juego pelota. Pero esta vez no era tan grave. Los músculos de las piernas sí que se sentían distinto: oxidados. El chiquillo siguió dribliando rivales y se ubicó frente a mí: el arquero. Disparó. La atajé. El niño, me miró y con desdén puso cara de molestia y siguió jugando como si nada…


Eran casi las 10 p.m. y tuvieron que pasar casi 15 minutos para que apareciera el primer carro. Felizmente que en mi ruta y –aleluya- vacío. Le hice la parada y estando en luz verde la couster se detuvo para que subiera. Subí. No avanzó más. La luz seguía en verde. “Avanza pues oye” Dijo la única pasajera que ahora se sentía acompañada con mi presencia. “No puedo, adelante va otro carro y no nos podemos pegar mucho”. Luz roja... luz roja... luz roja. ¡Luz verde! ¿Seguimos detenidos? “¡Avanza pues!” Insistió la señora, esta vez con tono más fuerte. El cobrador repitió su argumento: “Adelante va otro carro, señorita, no nos podemos pegar mucho”. “Compadre avanza. La luz verde te obliga a avanzar. Así como pasarse la luz roja es una infracción, detenerse en la luz verde también lo es”. Apoye a la pasajera. “Comprenda: adelante va otro carro… bla, bla, bla.”. El cobarde conductor del auto, se mantuvo callado y ajeno a la discusión. “Entonces avanza lento, pero no te detengas. Cruza la luz verde y en lugar de correr, para variar, por qué no intenta ir más lento” Insistí. “Señor déjenos trabajar: adelante va otro carro… bla, bla, bla.”, la misma monserga. Luz roja nuevamente. “Dame mi sol. Tantos carros que vienen detrás de tuyo, no te voy a premiar con mi dinero.” Y me bajé del carro. Noté que la pasajera tenía las mismas intenciones, pero no dejaba de ver por la ventana trasera para ver si venía otrop carro, pero nada. “Entienda señor: este es mi trabajo, lo hago para comer.” Me jode cada vez que alguien intenta restregarte su maldita necesidad para justificar malos actos. Me ofusque “¿Y acaso no puedes trabajar cumpliendo con las reglas de tránsito. Tu trabajas con dos cosas que te importan un pito: las reglas de tránsito y los pasajeros… es más deberías entender que trabajas ‘para tus clientes’ y no ‘con pasajeros’” Le dije ya estando parado en la vereda. “¿Después te quejas que no hay plata? ¿Qué estamos en un país pobre? ¿Qué el presidente no te ayuda? ¡JODETE!… JO-DE-TE. Como esperas que seamos un país del primer mundo si seguimos siendo incivilizados. Somos 28 millones de peruanos que tenemos que convivir y por eso hay que ponernos reglas de convivencia. Las de tránsito son una de ellas y los putos pendejos como ustedes que las incumplen, nos siguen confinando a una realidad de la que después, ustedes mismos y con la mayor de las conchas se quejan… JO-DE-TE”, le dije ya exaltado y con la incrédula seguridad de que su conciencia iría a reaccionar. “Es mi trabajo: adelante va otro carro… bla, bla, bla”. Luz verde. El auto se tomo un par de minutos y luego arrancó… con la solitaria pasajera que nunca encontró un micro de reemplazo.

Me quedé pensando: cómo podemos hacer para que la gente comprenda que el respeto a las normas, en este caso las de tránsito, es la base para alcanzar un nivel de civilidad aceptable. Cómo hacer para que entiendan que la 'criollada' es un maldito cáncer que destruye la convivencia. Más aún: cómo hacer para que entiendan que el respeto a la ley prevé el caos, es neurálgica para democracia, para la libertad. Tarea compleja…

El niño volvió a rematar… esta vez la botella se me coló entre las piernas… gooool !!! Gritó. Pasaron cinco minutos más. Llegó otro bus. Este estaba reventando de gente. Me armé de valor, tomé una honda bocanada de aire fresco por última vez y me subí para afrontar una nueva aventura ahí dentro...