Robert Kiyosaki es un inversor millonario y exitoso que no solo comparte la cosmovisión de los ricos (“quienes no trabajan por el dinero, sino que tienen dinero trabajando para ellos”), sino que la ha desmenuzado y puesto a disposición de cualquiera que tenga las agallas de intentar ser tan rico como ellos.
Su pensamiento y enseñanzas están plasmadas en sus más de ocho libros (Best-Sellers), que como él mismo dice “han llegado a ser mejor vendidos y no necesariamente mejor escritos”. Y es que el mismo Kiyosaky reconoce que es muy malo escribiendo, por lo que para sus textos ha aprovechado las habilidades literarias de su coautora Sharon L. Lechter. Así las enseñanzas de este multimillonario oriundo de hawaii y surfista, pueden estar al alcance del entendimiento de cualquier persona con deseos de superación financiera.
Uno de los puntos centrales de la obra de Kiyosaky, es que la gente pobre se mantiene pobre porque todo el sistema (desde el sistema educativo, la cultura occidental, nuestras costumbres, nuestra crianza, nuestros temores, etc.) está diseñado para mantenerlos en la pobreza. En uno de sus libros “La Escuela de Negocios” los autores en cuestión se refieren a la educación emocional. Recientemente me sometí a una intervención quirúrgica para extirparme la apéndice (ese pedazo de nada que sirve para mucho menos, excepto para darle de comer al cirujano… el que me toco fue muy bueno, por cierto) y durante mi estadía en la clínica me di tiempo para leer lo antes referido y a continuación lo transcribo (con resaltados propios) pues me parece aleccionador:
“Educación Emocional
Una de mis quejas respecto de la educación tradicional es que recae en el sentimiento del miedo… de forma más específica el miedo a cometer errores, lo que conlleva miedo al fracaso. En lugar de motivarme a aprender, el profesor utilizaba el miedo al fracaso y decía: “Si no sacas buenas calificaciones no conseguirás un trabajo bien remunerado”.
Además, cuando estaba en la escuela me castigaban por cometer errores. Ahí aprendí de forma emocional a tener miedo de cometer errores. El problema se da en que el mundo real, las personas que tienen éxito cometen la mayor cantidad de errores y aprenden de ellos.
Mi padre pobre, profesor de escuela, enseñaba que cometer un error era pecado. Mi padre rico decía: “Cometer errores es la forma en que estamos diseñados para aprender a andar en bicicleta cayéndonos y volviéndonos a subir, cayendo y volviendo a subir”. También decía: “Es un pecado cometer un error y no aprender de él”.
Continuaba con su explicación: “La razón por la que tantas personas mienten después de cometer un error es que están asustadas de admitirlo… Por lo mismo, desaprovechan una oportunidad de aprender y crecer. Cometer un error y admitirlo sin echarle la culpa a alguien más, sin justificarlo y sin dar excusas, es la forma en que aprendemos. Cometer un error y no admitirlo o echarle la culpa a alguien más por tus errores es un pecado.” Hace poco tuvimos un presidente que tuvo relaciones sexuales extramaritales en la Casa Blanca. En mi opinión, lo peor aparte de tener relaciones sexuales extramaritales fue que mintió sobre su aventura cuando lo descubrieron. Mentir no sólo es señal de carácter débil sino también desperdicio de un buen error, una oportunidad para aprender algo.
En el mundo de los negocios tradicionales se mantiene la misma actitud hacia los errores. Si uno comete un error, por lo regular lo despiden o castigan. En el mundo del mercadeo en red lo motivan a aprender de los errores corregirlos y hacerse más inteligente, mental y emocionalmente. Cuando aprendía en el mundo corporativo, los vendedores que no tenían buen desempeño eran despedidos. En otras palabras, vivimos en un mundo de miedo al fracaso, no de aprendizaje. Por eso muchas personas en el mundo corporativo se mantienen como orugas. ¿Cómo puede volar una persona cuando vive en un capullo corporativo enrollado fuertemente con el miedo al fracaso?
En el mundo del mercadeo en red, el enfoque de los líderes es trabajar con quienes no lo estén haciendo bien y motivarlos a subir, no despedirlos. Es probable que nunca hubiera aprendido a andar en bicicleta si lo hubieran castigado cada vez que cayera y hubiera recibido una calificación reprobatoria en esa actividad.
Soy financieramente más exitoso que la mayoría de las personas no porque haya sido más inteligente, sino porque tuve más errores que la mayoría. En otras palabras, tomé la delantera porque cometí más errores. En el mercadeo en red lo motivan a cometer errores, corregirlos, aprender y crecer. Para mí es la educación que cambia la vida. Cuando uno se separa del miedo puede comenzar a volar.
Si es una persona con miedo a cometer errores y teme al fracaso, un negocio de mercadeo en red con un buen programa educativo es especialmente bueno para usted. He sido testigo de programas de entrenamiento que construyen y restauran la confianza de una persona… y cuando usted tiene más confianza, su vida cambia para siempre.” (KIYOSAKY, Robert T. y LECHTER, Sharon L. “La Escuela de Negocios”. Editorial Aguilar. ¡ Edición 2006. P. 71. Novena reimpresión. México DF- 2008.)
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y tb cuentamelo todo... y exagera!