“El día que
lo necesite, lo usaré”. Es la frase que me repetí por años cuando guardaba alguno de los tantos papelitos que hasta la fecha mantengo tan prolijamente doblados
en mi billetera...
Ya me encontraba un
poco desgastado por la enfermiza fiebre electoral, que me hace replantearme
muchas cosas: “Debo seguir teniendo Facebook?
Por tranquilidad, ¿cierro mi cuenta?” Todo lo que se lee es, que si PPKausas por aquí,
que KeikoLovers por allá. ¡Que si se vendió nuestro gas a su amigo extranjero!, ¡que si el papá
golpista esterilizó! Marchas y contramarchas. Los 500 días de la pelona que no
cambia. El nivel al que bajó el viejito para pelear. La exitosa campaña por el
Perú de una, contra la superior experiencia técnica de otro. Y de pronto: “¡GOL DE PERÚ!”. Le acabamos de ganar 1-0
a la selección de Haití en un partido que parecía amateur, transmitido en todos
los países del continente americano y de muchos otros más.
El Fútbol. El Deporte Rey. La competición de
selecciones más importante de América. El torneo que conmemora su aniversario número
cien y que se inauguró ayer en los ¡Estados Unidos! (¡un anfitrión absolutamente
inaudito!); por primera vez, se había visto desplazado, sin contemplaciones. Y por
primera vez en mi vida, noté que virtualmente a “nadie” le interesó la selección de fútbol.
Y mientras veíamos la repetición del gol, como un paréntesis
de la discusión política motivada por la ansiedad de las elecciones del día
siguiente, una pareja de esposos que recién conocí en la casa de un amigo común, me preguntaban “¿y cómo es tu blog?”. Mi alto nivel de distracción, producto de otras elucubraciones propias, impidió que me explicara con claridad. Entonces, decidí darle
forma a mis pensamientos para escribir este post (que empece a escribir a las 1:30 horas ), y mostrarles un ejemplo, justo en el momento en que yo me preguntaba en silencio “¿será que hemos
madurado como país?
Los pulpines pueden evacuar sandeces o plantear aciertos.
Puedes estar a favor o en contra de los caviares. Algunos hipsters querrán destacar,
y otros, pasar desapercibidos. Pero de lo que no hay discrepancia alguna, no
importa el color del polo con el que vayas a votar en las próximas horas, todos
están de acuerdo en una cosa: existe un natural interés de la población sobre la
política. Un interés que no puede ser atribuido a una maquiavélica manipulación del poder
mediático. La intensidad en el uso de las redes sociales no miente. El que menos,
tiene algo que comentar al respecto. Y no nos da pereza recordar los terribles
años del terrorismo y de cómo este fenómeno fue exterminado por un japonés que
renunció por fax, atropellando –entre otras cosas– uno de los motivos básicos
de la existencia del Estado: garantizar la libertad de sus ciudadanos.
Pero lo que ya no recordamos, es cómo bajó el dólar
cuando terminó la primera vuelta y el terror de los inversionistas había pasado.
Mucho menos nos acordamos del plagio de Vicuña (sus memes ya huelen a
naftalina), el careo de Popy a Alan durante el debate, o de los Moraditos de Guzmán, algunos de los cuales han decidido votar por la
sabiduría adulta, mientras que otros lo hacen con fines anti-fujimoristas.
Y así como algunos KeikoLovers cambiaron su voto a
favor de PPK en la primera vuelta para evitar competir con Mendoza en la segunda vuelta, ahora ella, se pliega al voto (mas no así a la ideología) de
viejito, solo para combatir lo que ella considera que representa el retorno de
la dictadura, de los excesos y del peligro de convertirnos en un Narco-Estado.
Y ya se leen frases como “iba a votar PPK, pero después de sus tantos insultos, ahora voy a viciar
mi voto”. “Estoy indeciso, pero creo
que votaré por PPK para balancear los pesos y contrapeses entre el Congreso y el
Presidente… como la china tiene mayoría absoluta en el parlamento”. Ya se habla de alianzas, de buscar consensos. De que si sale PPK, el Congreso intentará bloquear su gestión. Y claro, los
fatalistas de siempre, con un alarmista –aunque no necesariamente descabellado–:
“tenemos un país dividido”.
Cuando llegué a mi casa, sentí la necesidad de
desdoblar uno de los papelitos que guardo en mi billetera, lo estiré boca arriba y le presenté
a su nuevo amigo: el Perú del año 2016, donde todo esto venía ocurriendo:
“Forma de
vida”. Forma de gobierno también, pero antes que eso, y antes que nada, la
definición de democracia comienza por reconocer que es, una forma de vida. Y el
Perú está viviendo la democracia, al tal grado que ni el Centenario Copa
América, distrae la atención de los ciudadanos. En estas elecciones he conocido
más personeros voluntarios (por ambos partidos), que los que conocí en toda mi
vida. Casi todos son jóvenes, pero también algunos mucho más maduritos que yo. Este
ya no es un tema que cause apatía o lejanía en los milenials. El Facebook les brinda un espacio para ser leído por
muchos, e interactuar, retroalimentando la necesidad de participar en la
vida política. Hace rato que la política dejó de ser una cosa “aburrida”, “de adultos”, “de
intelectuales”, o simplemente, “un
tema tan corrupto, que se prefiere no hablar de él.” Ahora sí, gracias a las tecnologías de la información, los prosumidores pueden participar de la
política, sin verse excluidos de ningún modo por algún grupo elitista.
Entonces, ¿por qué no difundir públicamente lo que cada uno piensa? Pero, como todos hacen lo mismo y no
se puede destacar en el anonimato de la "masividad" algunos se sienten motivados a hacer más bulla
que los demás.
La política es la lucha por el poder. Y todo lo que vemos y mucho de lo que criticamos, forma parte de esa lucha, que a veces excede los límites de la moralidad. Pero les tengo una noticia. De hecho, es una BUENA NOTICIA. La democracia no se limita solo a (i) respetar la opinión expresada del
resto, (ii) hacer campañas por efímeros partidos políticos de temporada, (iii) ir a votar en cada proceso
electoral, (iv) juntarse para esperar ver el flash
informativo de las 16:00 horas, y (v) luego
quedarse hasta las 21:00 horas para escuchar el discurso de nuestro candidato ganador,
no sin antes escuchar las palabras del derrotado que a veces lo reconoce con
hidalguía y otras decide gritar “¡fraude!, ¡fraude!”. Todo esto forma parte de nuestra cultura democrática, pero no es lo único, hay más...
Democracia es también lo que hemos venido atestiguando en estas últimas semanas. Es este fenómeno de ataques, treguas y contra-ataques, que tantas críticas ha generado en Facebook. Ese despertar de apasionamientos y fanatismos. Ese interés por convencer a la otra parte de que su candidato es mejor (aunque sabemos que convencer al que ya decidió su voto es opco menos que imposible). Todo eso también es democracia. Un país democrático es un país que vive la democracia y en el Perú, ya estamos viviendola.
Y para muestra un botón: “lo que usualmente hubiera sido la cortina de humo, como el fútbol, se ha convertido en un evento casi inexistente frente a lo que se ha experimentado en este proceso electoral”. Palabras más, palabras menos, fue lo que la esposa de la pareja me decía, cuando pude concebir la idea que finalmente les quiero transmitir con este texto:
Democracia es también lo que hemos venido atestiguando en estas últimas semanas. Es este fenómeno de ataques, treguas y contra-ataques, que tantas críticas ha generado en Facebook. Ese despertar de apasionamientos y fanatismos. Ese interés por convencer a la otra parte de que su candidato es mejor (aunque sabemos que convencer al que ya decidió su voto es opco menos que imposible). Todo eso también es democracia. Un país democrático es un país que vive la democracia y en el Perú, ya estamos viviendola.
Y para muestra un botón: “lo que usualmente hubiera sido la cortina de humo, como el fútbol, se ha convertido en un evento casi inexistente frente a lo que se ha experimentado en este proceso electoral”. Palabras más, palabras menos, fue lo que la esposa de la pareja me decía, cuando pude concebir la idea que finalmente les quiero transmitir con este texto:
Asi que, querid@ lector, no importa por quién vayas a votar.
Si es PPK, si es Keiko o si es viciado. La economía transita por una buena carretera,
y la ruta de los próximos cinco años no parece tomar desvíos hacia las empobrecidas
trochas de la izquierda. Esto debe tranquilizarnos. Gane quien gane, el Perú ya ganó. Porque a la
estabilidad económica, le hemos sumado la madurez en democracia: hemos
aprendido a vivir en ella, y forma parte de nuestro día-día en mayor
intensidad que antes. Es cierto que todavía estamos en una etapa joven, pero ya estamos gestando una cultura democrática Made in Perú. Falta trecho por andar, no obstante, los primeros pasos que hemos dado por nuestra cuenta, son esperanzadores.
Así que ¡levántate y cumple con tu obligación ciudadana! Hazlo con una sonrisa en la cara. No te molestes por las sempiternas colas. No regañes por el tráfico implacable. No putees a la sapaza que llega con el niño de cinco años en brazos para no hacer cola (bueno está bien, putéela un poquito). En la cámara secreta (o sea, en la carpeta con cartón plastificado blanco de la ONPE), marca el aspa en la casilla que tu cerebro o tu corazón dicte (el voto no solo es informado, también es emocional), e introduce con esperanza la cédula en el ánfora antes de firmar el padrón y siéntete orgullos@, no solo porque ya cumpliste con el deber que nos impone nuestra Constitución, sino porque pudiste ejercer un derecho que te has ganado por el simple hecho de ser un ser humano que forma parte de una sociedad que decidió auto-gobernarse con el régimen que mejor garantiza las libertades individuales. ¡Esa es la verdadera fiesta democrática!
Así que ¡levántate y cumple con tu obligación ciudadana! Hazlo con una sonrisa en la cara. No te molestes por las sempiternas colas. No regañes por el tráfico implacable. No putees a la sapaza que llega con el niño de cinco años en brazos para no hacer cola (bueno está bien, putéela un poquito). En la cámara secreta (o sea, en la carpeta con cartón plastificado blanco de la ONPE), marca el aspa en la casilla que tu cerebro o tu corazón dicte (el voto no solo es informado, también es emocional), e introduce con esperanza la cédula en el ánfora antes de firmar el padrón y siéntete orgullos@, no solo porque ya cumpliste con el deber que nos impone nuestra Constitución, sino porque pudiste ejercer un derecho que te has ganado por el simple hecho de ser un ser humano que forma parte de una sociedad que decidió auto-gobernarse con el régimen que mejor garantiza las libertades individuales. ¡Esa es la verdadera fiesta democrática!
¡¡¡Felices Votaciones para Todos!!!
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y tb cuentamelo todo... y exagera!