viernes, agosto 31, 2012

Santa Rosita de Lima… ruega por nosotros: un diccionario popular

Ayer me subí una coaster de dos puertas. Es como una combi pero más grande. En el Perú tanto la combi, como la coaster son  herramientas de trabajo popular que circulan por las calles urbanas con el objeto de maltratar a su carga (conformada mayoritariamente por pasajeros y bultos), se rige por sus propias reglas de tránsito (que casi nunca coinciden con las oficiales) y son fuente de inspiración una y de mil y un anécdotas que en su conjunto dan forma a la llamada “cultura combi”. 

Subí por la puerta de bajada (como suele obligar el destartalado vejestorio) luego de haber trotado a paso ligero hasta la mitad de la cuadra (50 metros pasado el paradero) porque ahí se detuvo, con ágil y temeraria maniobra, el conductor que, dribliando baches y viejecitas con bastón, se hizo notar con el respetable rechinar de sus llantas desgastadas.

Cuando quise bajar, tuve que seguir el protocolo estandarizado en el negocio del transporte urbano limeño, para lo cual el cliente debe informar su deseo al cobrador con un “esquina baja”. Así de básico. Sin usar la preposición “en”, el artículo “la” o la expresión “por favor”. Másd que nada porque ninguna de estas tres cosas son entendidas por el cobrador quien en un arranque de confusión salvaje puede pasarse de largo el paradero deseado en perjuicio del pasajero.

Ser cobrador es un oficio extraño que solo conozco de su existencia en el Perú. No se requiere haber estudiado (nada), pues el conocimiento empírico basta. Leer y escribir tampoco es imperativo. Por lo general, se exigen tres requisitos mínimos para poder dedicarse a este necesarísimo trabajo (no entiendo cómo hacen en otros países sin su existencia): (1) muy mala educación, (2) habilidad matemática para dar el vuelto con algunos centavos de pérdida para el pasajero, y (3) un intenso gusto por la salsa y la chicha (que ahora los marketeros han renovado con el nombre de cumbia peruana). A veces, se exige un cuarto requisito: tiempo libre que deja su carrera de asaltante o malhechor de poca monta.

Como es costumbre, el cobrador me informó que la bajada sería por la puerta en cuya parte superior hay un sticker con letras rojas que emulando manchas de sangre dice “SUBIDA”. Rápidamente, y a tropezones, intenté atravesar la maraña de gente que cuelga de un tubo que atraviesa en forma longitudinal en el interior vehículo, que como su esófago guía el rumbo de los pasajeros que obedecen las “amables” instrucciones del cobrador que con “gentil delicadeza” los conmina a introducirse en las entrañas más profundas del hediondo vehículo con un “al fondo hay sitio pues… ¡Escolar!, colabora que estoy trabajando, si no te bajas”.

Cuando llegué, y luego de tantear mis bolsillos para revisar si alguien me había hurtado la billetera o el celular, vi a través de los vidrios de la puerta trasera que la esquina donde suele dejarme “el carro” (qasí se le conoce en el argot "comístico": "el carro") pasaba de largo. Recriminé de un extremo a otro al cobrador y me respondió “solo en el  paradero, señor”. Esto me sorprendió pues no sabía que esa esquina donde siempre me obligan a bajar con un “aproveche los que bajan”, no era un paradero. Pero lo que más me sorprendió fue que ¡respetaran los paraderos!

La justificación del cobrador vino de inmediato. “Hoy es día de Santa Rosa de Lima…”. Cuando comenzaba a sentir cierta satisfacción porque pensé que estaba presenciando otro milagro de la “Patrona de la Américas”, el cobrador continuó hablando “los tombos están al asecho de su tajada”.

Con el nombre de tombo se le conoce al personaje nacional que se caracteriza por detener vehículos particulares con cualquier excusa mínima para poder beneficiarse de una “coima” o “mordida” (frutos ilétimos que no representan mayor esfuerzo post-cobranza para el beneficiario), mientras ven pasar ante sus ojos miles de infractores a las reglas tránsito, a la seguridad vehicular y al medio ambiente, sin tomarse la molestia de levantar una papeleta (o sanción), pues eso implicaría mucho papeleo y trabajo administrativo posterior. Algunos, también designan a los “tombos” con el nombre de “policía”.

En el Perú, pública y oficialmente se comenta que “no todos los policías son iguales y que lastimosamente por una minoría toda la institución se ha visto desacreditada”. Personalmente, confieso que yo he de haber tenido muy mala suerte porque siempre me he topado con esa minoría, y más bien, nunca conocí a un tombo que forme parte de esa mayoría (que ya no se si es ficticia o real)… Aunque si el discurso oficial dice que esa mayoría existe, pues entonces, ¡existe!

Al bajarme advertí que un patrullero estaba deteniendo a un micro (entiéndase: combi gigante) por haberse detenido en la esquina donde yo me quería bajar.

Cuando llegue a casa, entre a mi facebook y publique: Santa Rosita de Lima… ruega por nosotros… y muchos pusieron “Me Gusta”, pero nadie supo porqué lo publiqué, hasta ahora…

domingo, agosto 19, 2012

El lujo de la salud (seguros que no aseguran y coberturas que no cubren: ¡gracias clínica!)

(…beeeep… beeeep… beeeep…) Abro los ojos. A veinte centímetros de mi rostro, un techo... ¿una tapa? No hablo. No puedo. Estoy impactado. Me siento encerrado. ¿Me enterraron vivo? ¡MIERDA! ¡ME ENTERRARON VIVO! Escucho en off mi voz dentro de mi cabeza… “¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?” No me puedo sentar porque no tengo espacio. “Me pica la nariz… ¿qué pasa? No me puedo rascar. Mis manos están sujetas a los lados, junto a mis piernas.” (…beeeep… beeeep… beeeep…). Las toco. “Sí, sí, aquí están”. Me cuesta trabajo levantar la cabeza para aguaitar. Lo consigo… pero no logro ver más allá de mis muslos cubiertos con una manta de felpa guinda (…beeeep… beeeep… beeeep…)  ¿Qué suena? ¿Dónde estoy? ¿Habré sufrido un accidente? Mi corazón se agita (…beeeep… beeeep… beeeep…). Me pongo ansioso y justo antes de intentar escapar como lo hizo Beatrix Kiddo interpretado por Uma Thurman en Kill Bill, tuerzo el cuello hacia arriba y descubro que está abierto y afuera hay otras máquinas. Transcurridos los treinta segundos más largos de mi vida, lo recordé todo. “Y pensar que tuve que pagar S/. 181,00 para ‘sufrir’ durante esta resonancia magnética”, que había sido ordenada por el médico en una segunda consulta de S/. 75,00.

Un lúgubre y frío salón. Una vieja silla solicitaría rodeada por una cortina que gira en forma circular, muy pegadita a ella. “Entre ahí y quítese la ropa”. La última vez que me habían ordenado eso, estaba en un consultorio luminoso y me solicitaron echarme, boca abajo, en una camilla justo antes que el médico me bajara la trusa (ese fue el término que utilizó ‘trusa’). En aquella oportunidad, me sentí asustado y solo atiné a cerrar los ojos y confiar en el profesionalismo del médico. Si había costado S/. 75,00 aquella primera consulta y confié en que no debía preocuparme demasiado. “Es correcto, tiene una cadera más alta que la otra… una de sus piernas es más larga. Ese es el producto de su escoliosis. Vamos a hacerte una radiografía, para ver la separación de vértebras y de ser así, una resonancia para descartar hernias. Va a tener que ayunar por 24 horas y tomar purgantes”. Por eso, en esta oportunidad, le hice caso al técnico de radiología, y un poco más confiado que la vez anterior, me desvestí haciendo malabares en ese pequeño espacio. “No es necesario que se quite las medias y el calzoncillo”, me dijo el técnico. Afortunadamente, no traía ropa interior con huecos. La silla solo me sirvió para hacer más difícil la tarea y para dejar colgada mi ropa. Cuando terminé la difícil labor de quitarme la ropa, me quedé ahí parado, semidesnudo, con frío y mucha, pero mucha, hambre, mientras el técnico se seguía peleando con la inmensa máquina de color verde (eso parecía, que se pelaba).

Por aquí señor, de pie, póngase derecho. No así no, derecho. No se tuerza para un lado señor. Párese derecho, por favor”.Amigo”, lo interrumpí, “justamente para eso es la radiografía: porque tengo una pierna más larga que la otra y no puedo pararme derecho”. “Ah. Ok”. Se siente huevón. Me colocó en una posición de contorsionista semi-profesional y cuando estuve a punto de caerme, intempestivamente se alejó a paso ligero gritando “No se mueva, no se mueva, no respire, no respire…· (Kron, Kron). ¡Listo! Esa fue primera toma. Faltaban tres más complejas: posición Nº 2 de contorsionista profesional “No se mueva, no se mueva, no respire, no respire…” (Kron, Kron); posición Nº 3 de contorsionista profesional avanzado “No se mueva, no se mueva, no respire, no respire…” (Kron, Kron); y, posición Nº 4 de contorsionista experto “No se mueva, no se mueva, no respire, no respire…” (Kron, Kron)... “Y pensar que tuve que pagar S/. 81,70 para ‘sufrir’ durante la toma de estas radiografías”.

Usted no tiene nada señor Lindley. Puede ir en paz”. Estuve a punto de responderle al médico en esa tercera consulta de S/. 75,00demos gracias a Dios”, pero casi hubiera preferido que me detectaran algún mal, pues haber entregado S/. 487,70 (sin contar las muy onerosas terapias) de mi dinero para que me digan que si no hubiera ido a la clínica, no hubiese habido diferencias… es hasta un poco frustrante.

Todos me dicen: “y agradece que estabas asegurado. Imagínate si no cuánto te hubiera costado”. Yo siempre respondo que, en realidad, estoy obligado a tener un seguro por el modo como se ha estructurado el mercado hoy en día (por lo menos en el Perú). Si no existieran los seguros los precios no estarían inflados y lo que se cobraría por los servicios médicos sería casi igual a lo que pago hoy en día con un seguro. Me explico. La clínica sabe que el cliente (porque no es “paciente” sino “cliente”) está dispuesto a pagar S/. 75,00 por consulta. Entonces, aumenta el precio de sus servicios para que el excedente lo pague el seguro y el consumidor siga pagando S/. 75,00. La clínica sabe que para una radiografía el cliente pagará hasta S/. 81,70. Repite la estrategia: sube el precio para que lo que le corresponda pagar al cliente (en este caso 25%) sea S/. 81,70. La resonancia magnética, igual S/. 181,00 es el 25% del precio inflado.

Y claro, nadie se puede hacer un examen sin previa indicación del médico, que en cada consulta le cobra al cliente S/. 75,00. Para evitar que te lleves las instrucciones del examen a otras clínicas más baratas, estas se quedan con ellos y pasan directamente del consultorio a radiología, laboratorio, etc.

Y cada vez que paso mi tarjeta por el POS de la clínica, limpio las pequeñas gotas de sangre que chorrean de ella y me pregunto con indignación ¿para qué pago S/. 89,03 al mes por un seguro que no me asegura, con coberturas que no me cubren? No hay vuelta que darle, en el Perú, la salud es un lujo… y un lujo es el de las clínicas que se llenan los bolsillos con el dinero de los enfermos y de los seguros, quienes a su vez, se financian con el dinero de los asegurados, es decir, de los propios enfermos. ¿Hay algo que no está bien, no?

miércoles, julio 11, 2012

Desmitificando la Ruta del Pisco Sour

"Hace 1 500 años todo el mundo SABÍA que la tierra era el centro del universo. Hace 500 años, todo el mundo SABÍA que la tierra era plana. Y hace 5 minutos tú SABÍAS que estamos solos en este planeta. Imagina lo que sabrás mañana". Esto fue lo que Tommy Lee Jones le dijo a Will Smith en la película Hombres de Negro I. Para mí “mañana” fue el sábado 7 de julio de 2012.
Todo empezó cuando un combatiente calificado de la patria (así se les llama a los héroes que no murieron en combate) narra sus experiencias vividas un 10 de febrero de 1995 a las 13.00 horas en Coangos, mientras seguimos esperando a César, que debía haber llegado varios minutos atrás. Cada vez que escucho esa historia, parece que fuera la primera vez, y podría seguirla escuchando mil veces más (tal vez empiece a cansarme a partir de la mil y uno).
Para cuando finalmente César toco el timbre de mi casa (el punto de encuentro), la historia había terminado y ya estaba decidido el lugar donde arrancaría nuestro bar-hopping (así lo definió el mismo César).
La primera parada de la ruta, que tendría como objetivo encontrar el mejor Pisco Sour de Lima, era el Centro Aeronáutico de la Fuerza Aérea del Perú (FAP).
Nos trepamos los 6 “catadores” (cuatro de ellos, son miembros honorarios del Club AMORCSA, uno es postulante y yo un socio invitado) a la combi (que no era marca Combi) alquilada por Luis, con guitarra y percusión para el camino y rumbo a Javier Prado Oeste Nº 1028 (en San Isidro) definimos las reglas de calificación: Nota: de 0 a 10. Categorías: atención, decoración del local y por supuesto, del Pisco Sour. Oportunidad de la calificación: cuando no estemos frente al sujeto calificado (para no distorsionar los resultados).
- 1º PARADA -
A la 1:26 de la tarde tomamos el primer sorbo. “Un poco dulce”, anotó Ramón con solemnidad, parado al centro la barra del salón decorado como un bar inglés. Frente a él, una imponente pantalla plana transmitía un partido de fútbol del campeonato local. De fondo, música vernacular. La irreprochable decoración mereció un 8 de nota.
Aterrizan en la mesa cuatro platos de chicharrón. Nadie lo piensa demasiado y los tenedores caen furiosamente en picada como gaviotas que pescan en el mar. Juan entorna los ojos y no puede esconder el placer que le brinda aquel festival de sabores nacionales. Yo hago un ruido mostrando mi agrado y los demás asienten.
Este es un Pisco Diplomático”, se defiende el Jesús Masajil De la Rosa, barman campeón que trabaja ahí desde hace 12 años, cuando un general de la FAP le propuso dejar el Hotel Bolívar. “Como no sé quién va a venir, lo tengo que hacer con la fórmula estándar: 3-2-1 (3 de pisco, 2 de jarabe de goma y 1 de limón). Pero ahora que ya conozco cómo  les gusta, voy a hacerles uno para ustedes”, complementó.
Ante nuestras caras de ansiedad, Mesajil vuelve a abrir la misma botella Ocucaje, quebranta, y prepara un semi-seco 3-1-1 que deja sentir el mayor protagonismo del aguardiente. Este Pisco Sour fue calificado con 9 (el primero obtuvo un 8). Estuvimos tentados de anotar un 10 pero creímos prudente dejar un margen de evaluación para las próximas recaladas. Definitivamente los S/. 6,00 de cada trago estuvieron muy bien pagados y la atención personalizada mereció un 10 de nota.
Mientras cerrábamos los ojos, para sentir más al detalle el sabor del segundo cóctel, don Jesús nos suelta un dato; “vayan al Bolívar y pregunten por Bazán. Él es mi alumno, yo le enseñé todo lo que sabe cuando trabajaba ahí. Es el mozo más viejo de todos. Díganle que vienen de parte de Mesajil y los va sorprender”.
Segundos más tarde, Carlos preguntó si los cuatro platos de chicharrón que estaban en la mesa eran de lo mismo. “Estos dos son de langostinos y los otros dos de pollo”, respondió Luis. No había terminado de pronunciar esta frase cuando intempestivas arcadas nos sacaron del trance y descubrimos las espaldas de Juan que corriendo atravesaba la puerta con dirección al baño. “Yo no como nada que haya salido del mar… ni siquiera las sirenas”, nos contó cuando estuvo de regreso.
La Ruta del Pisco Sour había comenzado con el pie derecho, dejando la huella de la primera anécdota de la tarde.
- 2º PARADA -
César había ofrecido pagar la segunda recalada como expiación de sus culpas por habernos hecho esperar, y sugirió seguir en el mismo distrito, visitando el bar inglés del Hotel Country Club.
Elegante, sobrio, acogedor y clásico, pero sin renunciar a la modernidad. El lugar era un 10 seguro. Mientras picábamos maní con pasas, nachos de maíz morado, unas tostaditas con salmón y otras con carne de res, se acercó Marco Torres, el barman a quien César había mandado a llamar minutos antes.
Cuéntanos, ¿con qué pisco haz preparado este trago?” indagué. “Es una vendimia privada; pisco puro de uva quebranta”, absolvió mi duda. “La fórmula que uso es 4-1-1”. “¡4-1-1!” alzó la voz Juan, sorprendido. “Este sí que es traicionero. Con uno basta”. “Más le vale porque para los S/. 28,00 que cuesta cada uno…” repuse, como buen conservador en el gasto.
Hace pocos años (3 ó 4) este Pisco Sour fue el campeón de IBA”, nos cuenta Marco, aunque la fórmula oficial reconocida por el International Bartenders Association (dentro de los denominados New Era Drinks) sea 4-3-2-1. “Por lo general se hace en coctelera, pero si hay mucha gente se hace con licuadora”. Abunda nuestro anfitrión.
A las 2:20 de la tarde, Luis se atrevió a darle el primer sorbo. “A ver… pasa suave” afirmó con la seguridad de un conocedor. Los demás lo seguimos. Nadie objeta su comentario. “Y está heladito” anota César en un modo casi fetichista quien, tras la sonrisa de Marco, escucha como respuesta “las copas son enfriadas previamente en la heladera.
Salimos satisfechos con la experiencia y la combi nos recogió en la puerta de los Eucaliptos Nº 590. Una vez a bordo, no fue difícil calificar en forma unánime el trago con un sólido 8,5. Solo un poco por debajo del semi-seco de Mesajil, pero algo mejor que su “diplomático”. La atención también fue personalizada y Marco se anotó un 10 redondo.
- 3º PARADA -
Con tres Pisco Sour dentro cada uno, las canciones comenzaron a fluir en la combi. Ramón, en la percusión, golpeaba el tambor casi al mismo ritmo con el que suele intervenir en las conversaciones: sonaba poco, pero lo preciso y suficiente.
Cuando llegamos a nuestro tercer destino, mis expectativas no eran muy elevadas. Esta es la tercera vez que hago la ruta y en mis experiencias pasadas (hace 5 ó 6 años, aproximadamente) ya se había calificado a la Antigua Taberna Queirolo como uno de los peores lugares para beber este cóctel, incluso con nota desaprobatoria, pese a lo pintoresco e histórico del lugar (que a mi me gusta mucho, dicho sea de paso).
Pero al llegar al local en el cruce de las avenidas Vivanco con San Martín en el distrito de Pueblo Libre, el lugar estaba tan abarrotado de gente que lo tuvimos que abandonar sin probar su coctel y seguir con dirección a El Bolivariano ubicado a dos cuadras (en el pasaje Santa Rosa Nº 291).
A las 3:40 de la tarde, el resultado no me sorprendió. S/. 12,00 por un trago preparado con pisco Queirolo, quebranta que estaba demasiado espumoso y aguado. La atención no era personalizada en lo absoluto (ni siquiera nos pudieron decir cuál era la fórmula) y debido a eso reprobó con un 5. La decoración, ramplona, se salvó apenas con un 6. "Esto es un gran galpón", sentencié. Pero eso sí, los anticuchos 10 puntos opacando el objetivo de nuestro tour al extremo que casi nos olvidamos de calificar el trago que consiguió un 4,2.
- 4º PARADA –
La historia no siempre pesa. Eso quedó tristemente demostrado en El Bolivariano pero se confirmó en el Hotel Bolívar que se jacta de servir el mejor Pisco Sour de Lima y de ser uno de los precursores de este trago. En anteriores oportunidades habíamos calificado al Hotel Bolívar con un competitivo 17 aunque después bajó a 15 (antes evaluábamos de 0 a 20). Pero esta vez veníamos con una carta bajo la manga; la recomendación de Mesajil, que seguramente influiría en el ánimo del barman por darnos lo mejor de la casa.
Preguntamos por Bazán y le dimos el recado de don Jesús. Bazán confirmó todo lo que este último nos había dicho así que nuestras expectativas subieron superando la excesiva espuma que tenía el Pisco Sour de El Bolivariano.
Ni siquiera porque le dijimos que estábamos buscando el mejor cóctel de Lima y porque veníamos recomendados por su maestro, Bazán se esmeró en atendernos mejor de lo mínimo indispensable. De hecho, sus respuestas nos la brindó moviendo tibiamente la cabeza y nada más. Ha de haber estado enfermo. Aquello lo hizo merecedor a un 5,8 de nota.
Pero eso no nos importaba demasiado porque nuestra atención estaba en el trago. Mientras lo esperábamos, nos dio pena descubrir que el hotel había quedado relegado en el tiempo. Creo que se había dormido en sus laureles. Y la decoración no era lo fastuosa que, supongo, deseaba volver a tener. Así, el desgaste y descuido del local nos obligo a ponerle un 4.
¡Caramba! ¡La puntuación sigue bajando! Pero una vez más no nos importó. Solo queríamos saber qué tal estaba esa preparación 2-1-1 con pisco Ocucaje, quebranta. Y nos llegaron las copas.
Uno podría pensar que al quinto Pisco Sour, todos son agradables. Pues resultó que a las 4:50 de la tarde esa teoría no era tan cierta. Percibimos que había un problema con el limón. Algo andaba mal. No solo se sentía muy fuerte, sino que parecía oxidado. El trago era agresivo, astringente.
Al averiguar nos enteramos que los limones habían sido exprimidos previamente y los tenían guardados. “Por la cantidad de gente que nos pide el trago es que tenemos que hacerlo así”. Explicó el segundo de Bazán que nos trajo los tragos a la descalabrada mesa en la que nos ubicamos, sin el menor remordimiento ni intención de justificarse, y con una actitud que parecía decirnos “tómenlo o déjenlo… pero eso sí, de todas maneras lo pagan”.
No perdimos más tiempo. Dejamos varias copas a la mitad, pagamos los S/. 12,00 cobrados por cada trago que valían lo mismo que su nota de 3,3, y salimos despavoridos del hotel, un poco desilusionados.
- 5º PARADA –
Nuestra decepción había tocado fondo o, por lo menos, eso era lo que creíamos. Si para entonces hubiéramos estado ebrios, seguro que nos habría dado “la llorona”. Así que  cruzamos la pista y empezamos a atravesar en diagonal la Plaza San Martín, en el centro de la ciudad. Allí, un tumulto de gente escucha a un orador de la calle. Luis, Carlos y yo nos acercamos a escuchar pensando que era un cómico ambulante. César y Juan se nos unieron segundos después. A Ramón no lo vi cerca.
El capitalismo, señores, es el peor de los males. Para qué crees  que se ha inventado si no es para explotar tu trabajo, para quitarte lo que es tuyo. Los ricos se siguen haciendo ricos gracias a ese nefasto neoliberalismo inconsciente… inhumano” vomitaba el furibundo sujeto que nadaba en un océano de ignorancia, mientras nos miraba de reojo con desdén.
"Lo peor es que la gente lo aplaude”, dijo Juan en voz baja. Y tenía razón. “Sabes que a esta gente le pagan los grupos de izquierda para  hablar a las plazas”, me dice César. La verdad no lo sabía, pero tenía sentido porque si todo el día está contaminando las plazas con sus peroratas ¿de qué vive?, ¿de dónde obtiene sus ingresos? Suspicazmente noté que el fulano proyectaba una imagen escéptica de lo que decía. Parecía que había memorizado el guión y lo repetía de paporreta. Entonces, sus palabras se complementaron con el Pisco Sour del Hotel Bolívar: el discurso no solo era astringente, sino que también era de “mucho ruido y pocas nueces”.
Curiosamente, al día siguiente en una entrevista en el diario El Comercio, Fernando de Szyszlo criticaba;todo lo que estaba ganando el Perú hoy lo ponen en peligro unos radicales analfabetos”.
Justo frente al monumento de la plaza, Carlos se detuvo a contar una anécdota (la de siempre, que a mí me gusta). “Miren a la mujer con una llama en la cabeza, cerca de la placa que dice ‘La nación a Don José de San Martín’. Bueno, resulta que eso fue producto de un error. Cuando mandaron a hacer la escultura, encima del casco se debía poner una llama de fuego y resultó que el escultor interpretó que lo que se quería era otro tipo de llama, esto es, el auquénido que ahora ven ahí”. Luis hizo un sonido que mostraba desinterés: “eh…¿?...mmm”.
Atravesada toda la plaza, entramos a las 5:15 al Estadio F.C. Como siempre la decoración era espectacular, 10. Nos sentamos en 'Occidente Alta' (el segundo piso), próximos al Gran Capitán de América, Héctor Chumpitaz, sujetado por hilos que pendían del techo. La atención no estuvo mal. Incluso considerando que, por error, la mesera derramó pisco sobre Juan, estuvo en términos generales buena. Pero no era personalizada, lo que mermó en su calificación se terminó en un 6.
El Pisco Sour de S/. 10,90 tenía la espuma justa, pero era un poco ácido y dulzón. En general nos agradó tomarlo en compañía de los tequeños. “¿De qué están rellenos?” preguntó Juan con una de las frituras apuntando a su boca antes de cometer otro error garrafal. “De queso señor”, le informaron. Suspiró con alivio y lo devoró en dos bocados sin respirar.
La nota del trago elaborado con Ocucaje quebranta 2-1-1 llegó a un 7,8. No fue una sorpresa pues en las rutas que habíamos hecho anteriormente había conseguido un 16, ocupando el tercer lugar detrás del Maury y del Bolívar.
Ahora nos tocaba el Maury. Así que enrumbamos con dirección a la esquina de los jirones Ucayali y Carabaya.
- 6º PARADA –
Cuando creímos que comenzábamos a remontar el puntaje, el destino volvió a traicionar a la historia. Las manecillas del reloj ya marcaban las 6:00 y la “panza de burro” del cielo limeño oscurecía más temprano la ciudad. ¡Qué buena frase! “panza de burro”. Nada más gráfico. Por eso Bryce y Sabina la usan (este último en un poema dedicado 'A Lima'). Con aquella expresión Héctor Velarde Bergmann, (18981989) bautizó nuestro cielo. Este escritor de oficio y arquitecto de profesión diseñó el Hotel Maury donde, a esa hora, bebimos el primer sorbo de una nueva desilusión. El pisco Ocucaje, quebranta, se perdía en el excesivo dulzor y aroma de lo que parecía ser “un postre”, según las venerables palabras de Carlos. “¿Es arroz con leche?”, preguntó con ironía César. Ramón afirmó sin un atisbo de sonrisa. “Eso explicaría el precio de S/. 12,00”, pensé.
Al igual que el Hotel Bolívar el limón lo tenían reservado desde la mañana. El trago se prepara en licuadora con la tradicional fórmula 3-1-1. Don Rafael, el bar tender  escuchó las críticas que hacíamos y nos trajo una segunda versión con el ánimo de rectificar su primer intento. Mala suerte. Estuvo peor que el primero. Muy amargo y demasiado alcohol. En una palabra: feo. Así, de una primera nota de 2,2 bajó a un vergonzoso 1 ubicándose, por (de)mérito propio, en el último lugar.
Creo que tantos reportajes a estos lugares emblemáticos no le están haciendo nada bien”, recuerdo que pensaba mientras cruzábamos el portal del romántico bar inglés del hotel que obtuvo 9,9 en decoración.
- 7º PARADA –
Algo desmoralizados caminamos hasta el bar El Cordano, frente a la estación de Desamparados, a un lado de Palacio de Gobierno. Y a las 7:00 de la noche terminábamos de degustar el Pisco Sour preparado con pisco Queirolo, quebranta, acompañado de enormes sánguches, algunos de jamón glaseado y otros con jamón del país. Deliciosos.
Sorpresivamente la atención estuvo bastante buena alcanzando los 7 puntos. Era la primera vez que estaban tan serviciales, siempre identifiqué ese lugar por tener mozos malhumorados. La decoración, un clásico dormido en el tiempo. Aprueba raspando con 6. Y el trago 8. ¡Bien por El Cordano que consiguió revivirnos la ilusión!
- 8º PARADA -
Nuestra última recalada fue en La Calesa. Eran las 7:50 de la noche en Calle Manuel Bañón Nº 255, nuevamente en San Isidro. Ahí nos atendió el buen Sammy Diaz, cuyo trago dulce elaborado con pisco Cavas de Pachacamac, fue calificado con un 8. Cuando estábamos por acabarlo, nos sorprendieron con un inesperado refill que hizo que el precio de S/. 18,00 no resultara tan oneroso. El local se ganó un 7,5 pese a que a Carlos no le gustó, para él su aspecto era el un restaurante común y silvestre. A mí me desanimó un poco que, en lo que respecta a la ambientación musical, hayan reemplazado a Sabina por Madonna ¿mala suerte? La tertulia fue obligatoria y, como en todo el día, amena y divertida. Trepamos nuevamente a la Combi pero, esta vez, enrumbamos a casa.
Después de este periplo y de descubrir que hay más mitos que verdades en torno a nuestro cóctel de bandera, me atrevería a modificar la frase de Tommy Lee Jones; “hace 1500 años todo el mundo SABÍA que la tierra era el centro del universo. Hace 500 años, todo el mundo SABÍA que la tierra era plana. Y hace una semana Carlos, Ramón, Luis, Juan, César y yo SABÍAMOS que hubo una época en la que en el Hotel Mauri y en el Hotel Bolívar se preparaban los mejores Pisco Sour de Lima”… ¡cómo cambian los tiempos!
Quedaron tres lugares pendientes en nuestro tour: Las Brujas de Cachiche, Cala (en la costa verde) y un tercero que nos habían recomendado en uno de los bares que visitamos, Capitán Menéndez. Pero eso lo guardaremos para la próxima oportunidad. Por lo pronto queda en agenda las siguientes tres rutas; la del helado, la de los postres, y la del cebiche. ¿Alguien más se apunta para entonces?

miércoles, junio 27, 2012

Uds. digan: ¿Se afecta la democracia en Paraguay?

Resumen:

Por proteger la propiedad privada, un empresario acude al juez para recuperar su terreno de personas que lo han ocupado en forma ilegítima. El juez le da la razón al propietario y en cumplimiento de un mandato del Poder Judicial, el Poder Ejecutivo moviliza a las fuerzas del orden para hacer recuperar la posesión del inmueble. Los ocupantes se ponen reacios y el desalojo termina en tragedia. El Poder Legislativo invoca la Constitución y responsabiliza al Presidente, quien finalmente es destituido.

Si les parece exagerado que por defender la propiedad privada en pleno Siglo XXI, se produzca la destitución de un presidente, pregúnteles a los paraguayos para ver qué opinan.

Yo no voy a dar mi opinión directa sobre el asunto. Lo más objetivo será, en este caso, remitirme a algunos hechos puntuales. Ustedes decidan si la destitución de Fernando Armindo Lugo Méndez vulnera el sistema democrático de Paraguay o no.

Historia reciente de la democracia paraguaya:

El único caso en que un presidente no culminó su mandato desde la apertura democrática en Paraguay (cuando se derrocó al dictador Alfredo Stroessner en 1989), ocurrió en 1999 cuando el entonces presidente Raúl Cubas Grau se vio obligado a renunciar (luego de 7 meses de mandato) para evitar una destitución por juicio político en medio de la peor crisis institucional de las décadas anteriores (conocido como el Marzo Paraguayo), originada por el asesinato de su vicepresidente, Luis María Argaña. De este hecho la oposición responsabilizó inicialmente al presidente de ese momento, Raúl Cubas.

Constitución vigente de la República del Paraguay:

Del Juicio Político
Articulo 225º - Del Procedimiento

El Presidente de la República, el Vicepresidente, los ministros del Poder Ejecutivo, los ministros de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General del Estado, el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República, el Subcontralor y los integrantes del Tribunal Superior de Justicia Electoral, sólo podrán ser sometidos a juicio político por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por delitos comunes.

La acusación será formulada por la Cámara de Diputados, por mayoría de dos tercios. Corresponderá a la Cámara de Senadores, por mayoría absoluta de dos tercios, juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados y, en caso, declararlos culpables, al sólo efecto de separarlos de sus cargos, En los casos de supuesta comisión de delitos, se pasarán los antecedentes a la justicia ordinaria.
(Énfasis añadido)

Los hechos del 15 de junio:

Al menos seis policías y once campesinos murieron en un enfrentamiento durante un desalojo en el distrito de Curuguaty (al noreste de Paraguay) ordenado por un mandato judicial. Dicho operativo se produjo para la recuperación de un predio rural de dos mil hectáreas ocupado por organizaciones de campesinos sin tierra, cuya propiedad le corresponde al empresario Blas Riquelme, quien criticó la forma de actuar de los labriegos y señaló que “No vamos a ceder, vamos a usar todas nuestras fuerzas para que prime el derecho a la propiedad privada y de una unidad económica que está produciendo. Esta es una estancia modelo para mostrarle a cualquiera en nuestro país”.

Mediante nota oficial, Fernando Lugo, brindó su “máximo respaldo” a la tarea de las fuerzas de seguridad y adelantó su “solidaridad a los familiares de efectivos policiales fallecidos”. En un breve mensaje al país, desde la residencia presidencial Lugo señaló que “Ordené a las fuerzas armadas a desarrollar su misión específica en apoyo a la policía de acuerdo a la ley de seguridad interna y garantizamos la plena vigencia de la ley y de las instituciones del Estado”.

El Ministro del Interior, Carlos Filizzola (quien había indicado que los ocupantes eran campesinos de “diferente procedencia y diferentes organizaciones”, pero algunos incluso “conocidos” de ocupaciones anteriores), y el comandante de la Policía Nacional, Paulino Rojas, dejan el cargo tras el acontecimiento.

El Congreso conforma una comisión para investigar los hechos y fijar responsabilidades concretas.

Cronología de los hechos acontecidos durante la segunda quincena de junio de 2012:

16 de junio: Fernando Lugo toma juramento al nuevo Ministro del Interior, el ex-Fiscal General Rubén Candia, un hombre vinculado al opositor Partido Colorado, lo que desata la ira de sus aliados del Partido Liberal.

20 de junio: Fernando Lugo ordena crear una comisión especial investigadora, en la que participaría la Organización de Estados Americanos (OEA), para arrojar luz sobre el enfrentamiento entre policías y campesinos. Los opositores critican su reacción por considerarla tibia.

21 de junio: La Cámara de Diputados de Paraguay aprueba casi por unanimidad llevar a cabo un juicio político contra Fernando Lugo por su responsabilidad en el enfrentamiento entre policías y campesinos.

Al respecto, rodeado de militares y funcionarios, en un mensaje a la nación emitido desde el Palacio de López (sede del gobierno central paraguayo), el entonces presidente dijo: “Este presidente anuncia que no va a presentar renuncia al cargo y que se somete afrontar el juicio político con todas sus consecuencias (…). Denuncio ante el pueblo paraguayo que su voluntad ante las urnas está siendo objeto de un ataque inmisericorde de sujetos que siempre estuvieron sujetos al cambio. El pueblo no olvidará que se pretende interrumpir un proceso a nueve meses de nuevas elecciones generales, frustrando lo más significativo que tiene la democracia”.

22 de junio: Por 39 votos a favor, 4 en contra y 2 abstenciones, el presidente Fernando Lugo fue destituido del cargo por el Senado paraguayo por “mal desempeño de sus funciones”. En su lugar queda el vicepresidente Federico Franco.

24 de junio: En una rueda de prensa en un canal de TV local, Fernando Lugo declaró: “Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores”. Afirmó que quienes lo destituyeron el viernes “han destituido la democracia”. Agregó que aceptó “el veredicto injusto de aquel Parlamento por la paz y por la no violencia. Teníamos información que querían repetir el Marzo Paraguayo. Nunca más violencia, este pueblo es un pueblo pacífico y así como pacíficamente hemos vencido en 2008, pacíficamente el proceso democrático continuará con más fuerza” (Lugo ha llamado reiteradas veces a la pacificación con el fin “que la democracia paraguaya se fortalezca”). Asimismo, sentenció: “Aquí no han destituido a Lugo, han destituido la democracia. No han respetado la voluntad popular”.

25 de junio: Mediante comunicado, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, declaró que de acuerdo con la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, el juicio político al ex presidente Fernando Lugo, se ajusta a las disposiciones del artículo 225º de la Constitución paraguaya. Precisa que la sustitución del presidente destituido se realizó de acuerdo con el artículo 234º de dicho cuerpo normativo y, en consecuencia, Luis Federico Franco Gómez es el legítimo Presidente de la República del Paraguay y deberá completar el periodo constitucional 2008-2013. Finalmente, el Tribunal deja constancia que los plazos previstos en la Constitución Nacional para la elección de Presidente y Vicepresidente no pueden ser modificados por la Justicia Electoral. Las elecciones internas de los Partidos Políticos, se realizarán entre el 9 de diciembre de 2012 y el 20 de enero de 2013. Las elecciones generales se realizarán el 21 de abril de 2013.

Las conclusiones son suyas...

Fuentes:









martes, enero 10, 2012

El Higado Eléctrico (Un post engendrado por la cópula entre el prejuicio y la indignación)


Les cuento mi aventura en el flamante Tren Eléctrico que ayer, después de veintitantos años de construcción y a pocos días de inaugurado, durante sus viajes iniciales, sufrió un cortocircuito y generó un pequeño incendio en la Estación Gamarra.

Salí de casa 7.00 am. Llegue a la estación Cabitos 7.15 am. El tren llegó 7.21 am. A las 7.30 am ya estaba en la Estación La Cultura y 10 minutos después en la chamba. Había mucha gente pero a esa hora todavía normal. Al poco tiempo encontre un lugar vacío para sentarme. El vagón huele a nuevo pero la gente "está muy usada". La ventilación es poca y el tren hermético: una verdadera caja china para el verano...

Algunos todavía no entienden mucho como opera el asunto. Una señora se paró enfrente de la puerta y le comentaba a otra: "esto para sin necesidad de decirle a nadie, ni apretar ningún botón... siempre para en todas las estaciones". Supuse q tampoco había viajado en El Metropolitano. Cuando llegamos a la estación final la gente (como es de desesperada) se acumulaba en la puerta y, un chibolo pirañón-reagetonero y ultra naco, ante la admisible demora del vagón para abrir la puerta empezó a apretar el botón que decía "EMERGENCIA". Al final (después de unos segundos y cuando correspondía) la puerta se abrió y la salió una turba de gente que, en verdad, parecía una manada.

Apenas pisamos la calle una comadre rubi-linda, bien a los tacos, jean y lentes oscuros ("mamacita: a esa hora todavía había neblina, a menos que quieras taparte ese cacharrazo de huanaco triste que tienes, sácate esa huachafería de la cara", pensaba yo) intentó cruzar la pista por cualquier lado, menos por el puente peatonal. Felizmente, habían dispuesto un policía con casco de bacinica para prohibirle el paso a este tipo de personajes y decirle de manera muy atenta “por favor señorita, tenga la amabilidad de cruzar por el puente peatonal” lo que en buen cristiano significa "oye cojuda, camina cinco metros hacia la esquina y cruza como la gente civilizada".

Lo curiosos es que en esa esquina los autos estaban parados y la luz EN VERDE!!!!. Cuando el semáforo cambió a rojo (y supuestamente ya podíamos cruzar) los micros del mal (sobre los cuales Voyero ya comentó en el post DE COMO EL TRANSPORTE PUBLICO TE PUEDE JODER UN CAFE EN LA MAÑANA -lo recomiendo-) arrancaron tocando el claxon y echando humos tóxicos a todos los transeúntes que tosíamos sin cesar. Yo me pregunto, ¿son daltónicos o sencillamente unos hijos de puta?

No hay nada que hacer, a veces puede ser muy lindo vivir en Lima, pero otras veces te das cuenta que aquí también vive gente de mier... y al parecer muchos viajamos en Metro de Lima! que espero, sea el inicio del reemplazo de los micros que se juntan solo cuando hay que hacer un paro (lo que fue oportunamente comentado también por Voyero). Como dice el título del "manual de autoayuda para los usuarios del tren eléctrico" que publicó ayer El Comercio "Adiós a la cultura combi...".