domingo, junio 19, 2011

RESERVA PERRA: Lo que le están dejando a Humala

Entiendo que por definición "política" se la lucha por el poder. Pero soy un convencido que esa lucha debe tener ciertos límites éticos...

Justo en este momento en que el país iba encaminado, el boom gastronómico se encuentra en pleno auge  y la población comenzaba a generar una mayor costumbre de consumo culinario, el polémico proyecto de la Ley de Mozos (cuyo nombre oficial es "Ley que establece el recargo al consumo en restaurantes, bares, hospedajes y establecimientos análogos"), va a generar un solo efecto: FRENAR nuestra economía.

No sé si es calculado o no, pero el gobierno saliente está dejando semejante paquete al Comandante Humala, que además de la reducción del tráfico económico de los servicios de expendio de alimentos y bebidas, hospedajes, centros de recreación y juegos de azar (tales como restaurantes, bares, hoteles, hospedajes, clubes sociales, concesiones, casinos y establecimientos análogos), tendrá que afontar los efectos negativos de la catastrófica disposición del FONAVI aprobada en el último referéndum del 3 de ocutubre del 2010.

Si me preguntan, prefiero una oposición frontal, sincera, transparente y con ojo vigilante, que un grupo de perdedores electorales que tras la careta de la amistad polìtica esconden un posible sabotaje que busque dañar la imagen de grupo vencedor, en perjuicio de todos los peruanos.

Con relación a la Ley de Mozos, creo que el diálogo de la primera escena de Reservoir Dogs de Quentin Tarantino (video aquí), hoy día tiene mayor vigencia que nunca. Aquí la colorida transcripción en una traducción libre:

Nice Guy Eddie: Ok. Todos dejen un verde para la señorita. Vamos deja un dólar.

Mr. Pink: Yo no dejo propinas.

Nice Guy Eddie: ¿No dejas propinas?
Mr. Pink: Yo no creo en eso.
Nice Guy Eddie: ¿No crees en propinas?
Mr. Blue: ¿Sabes cuánto ganan estas chicas? Es una mierda.
Mr. Pink: No me vengas con eso. Si no gana suficiente, puede renunciar.
Nice Guy Eddie: No sabía que un judío de mierda tendría las pelotas para decir eso. Permíteme tenerlo claro ¿nunca dejas propinas?
Mr. Pink: No dejo propinas porque la sociedad dice que tengo que hacerlo. Si alguien realmente lo merece le doy algo extra. Pero eso de dejar propinas automáticamente es para los pájaros. Como yo lo entiendo, solo están haciendo su trabajo.
Mr. Blue: Esta chica fue amable.
Mr. Pink: Estuvo ok. Pero no fue nada especial.
Mr. Blue: ¿Qué es especial? ¿Qué te lleve atrás y chupe la verga?
Mr. White: ¡Yo pagaría 12% por eso!
Mr. Pink: Mira, pedí un café, ¿no? Solo me llenó la taza tres veces. Si yo ordeno un café quiero que me refilen seis veces.
Mr. Blonde: ¿Seis veces? ¿Y si está ocupada?
Mr. Pink: “ocupada” no es una palabra que debería formar parte del vocabulario de una mesera.
Nice Guy Eddie: Disculpa Mr. Pink, pero lo último que necesitas es una taza de café.
Mr. Pink: Estas chicas no se están muriendo de hambre. Ganan un suelo mínimo. Yo ganaba suelo mínimo y cuando lo hacía no tuve la suerte de estar en un trabajo en el que la sociedad decía que tenías que dejar una propina para vivir.
Mr. Blue: ¿No te importa que cuenten con tu propina para subsistir?
Mr. Pink: ¿Sabes qué es eso?, es el violín más pequeño del mundo tocado para solo para las meseras.
Mr. White: No tienes idea de lo que dices. Esta gente se rompe el lomo. Este es un trabajo duro.
Mr. Pink: Trabajar en McDonald’s también, pero nadie se siente obligado a dejar una propina. ¿Por qué no? Te sirven comida… pero no, la sociedad dice: “no le des propina estos de aquí, pero sí dales propina a estos otros” ¡Eso sí es una mierda!
Mr. White: Ser mesera es la ocupación número uno para las jóvenes mujeres no universitarias en este país. Es básicamente el único trabajo que cualquier mujer puede conseguir para poder vivir de ello. La razón es gracias a las propinas.
Mr. Pink: A la mierda todo eso. Lamento mucho que el Estado cobre impuestos sobre sus propinas. Es una mierda, pero no es mi culpa. Parecería que las mujeres son uno de eso grupos que el gobierno jode por detrás de manera regular. Quiero decir, muéstrame un papel donde diga que el Estado no debería hacer eso y lo firmaré. Si hay que votar, voto. Pero lo que no haré es seguirle el juego. Y esa basura de “no universitarias” que dices, dos palabras: “aprende mecanografía”. Si esperas que te ayude con el alquiler, te llevarás una sorpresa.
Mr. Orange: Me convenció. Quiero mi dólar de vuelta.
Nice Guy Eddie: ¡Hey! Deja los dólares ahí.

Este diálogo deberíamos recomendárselo a los congresistas Del Castillo, Guevara, Díaz, Núñez, Guevara, León y Morales, proponentes del Proyecto Nº 04730-2010/CR (presentado en marzo de 2011) que no quieren ser concientes de lo que generará el incremento del 10% el costo de los servicios antes señalados, argumentando que los trabajadores relacionados al turismo están mál pagados y no se encuentran capacitados.

Me resulta interesante el análisis costo-beneficio del proyecto (si se le puede llamar análisis) que señala que “la presente iniciativa legislativa no constituye ningún costo al erario nacional pues se trata de establecer el recargo al consumo de restaurantes, bares, hospedaje y ramos similares en compensación a la atención brindada, cuyo importe les corresponde a los particulares y no al Estado (…)”.
Llámenme Mr Pink, porque como yo lo veo “no le des propina estos de aquí, pero sí dales propina a estos otros” ¡Eso sí es una mierda!”, pues es discriminación pura y dura. Y como bien anota el “análisis” costo-beneficio, quien asumirá el costo de la discriminación es el consumidor. Así que como dice Mr. Orange: “Quiero mi dólar de vuelta”.